TRADICIÓ-TRAÏCIÓ-FELICITAT
LOS 15
Eran de la misma
familia, los 15, tíos tías, cuñados padres madres abuelos y un etcétera que
acoge a todo el espectro familiar posible. Y cómo tales se reunían
tradicionalmente en un conocido restaurante para navidad, también se celebraba
el cumpleaños del abuelo, que los había traicionado a todos y todos los
miembros de la familia. De hecho, lo llevaba haciendo durante años, metiendo
mano en la caja del negocio familiar. Un negocio de confección de ropa de
trabajo que cada vez iba peor todo hay que decirlo. Y gran parte de la culpa
eran las “mordidas” del abuelo que era un pozo sin fondo debido a su adicción a
las tragaperras.
-es el único sitio
donde me siento feliz- llego a decir.
Pero la cosa iba
cada vez peor y al final lo pillaron con las manos en la masa. Bueno, en la
caja vamos y lo desterraron a la casa del pueblo de por vida.
A partir de ahí
empezó la felicidad para la familia, que vio como el negocio prosperaba y las
navidades fueron una fiesta
Windy
TRADICIÓN TRAICIÓN
FELICIDAD
En un mundo donde
se pierden tradiciones, por comodidad, o falta de esfuerzo de generaciones
nuevas o por simplemente dedicar más tiempo a don dinero.
El problema es
este mundo consumista en el que la traición entre compañeros, amigos e incluso
familia, por dinero, por un supuesto bienestar y felicidad irreal.
Con la sabiduría y
tradición de nuestros abuelos de hacer refranes donde resumir las cosas
pequeñas de la vida…. Lo resumiría en un refrán que no es más que la
transmisión tradicional de sabiduría popular.
No es más feliz el
que más tiene, sino no el que tiene lo que necesita....
Añadiría que esa
persona tampoco sufrirá de envidias por lo tanto difícilmente sufrirá
traiciones.
Bardo
ENTORNO NOCIVO
Comía y comía. Era
ya lo único que le quedaba. Bueno, eso y su hijo pequeño. Se había encrespado
en una ola de autoengaños y algo de masoquismo. Se puso muy gorda y, aun así,
no podía remediarlo. Se deformó su cuerpo. Ella ya no quería gustar. Creía que
se le había escapado el último tren. Hasta que, por fin un día, se decidió a
dar el primer paso y poner las cartas sobre la mesa. Su marido la miraba como
el que mira a uno que se está ahogando y solo le sale la cabeza y los brazos.
Hablaron de muchas cosas: de traiciones que había habido por parte de los dos.
De la felicidad que antes sintieron cuando se quedaron embarazados. El niño era
el as ganador y por él siguieron todas las tradiciones que tenían en la familia
Todo era para poner buena cara de nuevo a los impresentables. Pues eso es lo
que había: puro egoísmo. Tras mucho discutir sobre diversos temas, llegaron a
la conclusión de que si querían ser felices debían escapar de aquel entorno
nocivo y empezar una nueva vida en la ciudad. No era pedir mucho porque la
posibilidad estaba. Solo tenían que estirar un poco las cuerdas. Esa era su
auténtica felicidad: comenzar desde cero.
Eva
Tú Yo Es
Con la inercia
atávica de la tradición.
La musa me impulsa
a hacer esta canción. Mejores y peores, las hay de todo tipo... Pero, que tal
no dejarse llevar, por lo fácil del estereotipo.
No es plato de
buen gusto, si hacía ti la traición cayó.
Pero es mucho
peor, si el que me traiciona, soy yo.
La traición a
veces no existe.
Pero es necesaria,
si quieres decepcionarte, y estar triste.
Fíjate bien en la
felicidad porque algunas veces es mentira, y otras, verdad.
La clave es mirar
a los ojos... Si la boca sonríe, y los ojos, están rojos...
Ahí se desmonta el
paripé...
Como si fuera un
difícil castillo...
De solo un naipe.
Aloisius
EL TRIANGULO
COMPLEJO DE MARIA
María era mujer del siglo XX que aprendió a nombrar
sus deseos y a romper con la obediencia heredada. Vivía con sus normas y valores,
con la mirada al frente y el corazón sin cadenas.
Amó más de una vez, con intensidad, con vértigo y con
libertad.
Un día apareció ÉL. Era distinto a los otros. Había en
su mirada algo extraño que no sabía descifrar y tal vez por eso le fascino.
María quería ir lenta en la relación; saborearla. Él,
deprisa.
Seis meses después compartieron techo. María quedo
embarazada y se dejó llevar. La familia de maría lo recibió con sonrisas que
ocultaban reservas.
Todo parecía correcto. Demasiado correcto.
Hasta que el amor empezó a MUTAR.
Ya no eran preguntas sino controles. Ya no eran
caricias, sino correcciones. Ya no eran conversaciones, sino discusiones.
Ella poco a poco dejó de ser libre. Sintió miedo,
desconfianza, ira, decepción, culpa, tristeza, traición. Estaba atrapada en un
mundo que no era suyo.
Y rompió con él.
Eligio ser desleal a la traición para ser fiel a sí
misma. María rompió las cadenas donde la libertad no se explicaría con
disculpas.
Porqué hay traiciones necesarias. Y
hay amores que, para salvarse, se debe empezar a decir adiós.
Montse
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada