Queridos amiguitos: solo quería
desahogarme un poco contando la triste historia de mi brazo izquierdo. Resulta
que un día de hace cuatro años (si no me
equivoco), me caí justo yendo a cruzar por un paso de peatones al lado de la
Meridiana. Iba con los compañeros de espai-salut y recuerdo el ruido que hizo
el hueso al romperse. Me levantaron entre varios (pesaba quince quilos menos
por lo menos). Yo no sentía el brazo izquierdo, como si no formase parte de mí.
El dolor vendría después. Me sentaron en un banco y llamaron a una ambulancia. No
era consciente aún de lo que se me vendría encima. Ya en la ambulancia me
pusieron un vendaje provisional. ¡Qué grito pegué en urgencias del hospital de
Sant Pau cuando me intentaron poner el brazo en su sitio y vendármelo! Es que
en la zona del húmero no se puede poner escayola. "Vivo sin vivir en
mí" desde ese día. Estuve bastante tiempo con el brazo en cabestrillo. Me
fui a casa de mi hermano y de mi cuñada (siempre le estaré agradecida por las
curas y vendajes que me hizo). Allí fui feliz pues también está mi sobrina, que
es la luz de mi vida. Con ella a mi lado me olvido de mis complejos y la llevo
al cine, a los columpios, al Burger King, a museos y a donde quiera ir. Nos lo
pasamos muy bien las dos. Tengo otro sobrino de siete años al que adoro.
Siempre está gastando bromas y riendo. También me tiene loquita. Y bueno, está
mi sobrino por parte de mi hermano mayor que trabaja fuera y lo quiero mucho
también. Él tiene veintisiete años y es muy feliz cuando hace snowboard en Austria.
Pues sí. Me derivaron al Hospital de la Esperanza y allá voy desde el 2022. Estoy
viviendo una pesadilla que no se acaba nunca. Tras la operación que me hicieron
estuve convaleciente bastante tiempo hasta que me mandaron a fisioterapia. Allá
hacía muchos ejercicios y había unas máquinas en las que ponía el brazo y daban
corrientes. Estuve también un tiempo yendo y me dieron el alta porque el
hueso no se soldaba. El año pasado me dijo el cirujano que me tenía que operar
para extraerme los tornillos y la placa que me pusieron. Pues veréis, me hice
todas las pruebas del preoperatorio y cuando llegó el día de la visita con este
traumatólogo le dije que no me quería operar de nuevo. Le había cogido miedo a
la anestesia porque desde ese año he tenido muchas subidas de tensión y tenía
una tía hace años que se fue a operar y le dio un infarto y murió en el quirófano.
Yo pregunté si pasaba algo si no me operaba y me dijo que no y me dio la mano y
hasta ahora en que he recibido una carta para que el día 28 de mayo acuda de
nuevo al cirujano. Ya no le tengo miedo a la anestesia y me operaré otra vez. Total,
que tengo el brazo que no lo puedo levantar y me las veo y me las deseo para
hacer todas las tareas de casa. Por tanto, no pierdo la esperanza de que en el
hospital de la “ídem” me coloquen el hueso en su sitio. Tengo que operarme
porque ya me dijeron que en la zona del húmero tenía tejido necrosado. De hecho,
desde entonces me van saliendo moratones en la cicatriz y llevo manga corta
pero que me la tape y también un bulto horrible (edema)que me ha quedado. Tengo
el brazo deformado y da asco verlo. No pierdo la esperanza de que el cirujano
me haga una gran obra de arte pues en sus manos estoy.
Eva
UN HOMBRE CON MIEDO
En el mejor cómic que he leído, se dice que un hombre sin
esperanza es un hombre sin miedo.
Pues bien, no tengo esperanza y sí muchos miedos
Juanmi, aquel que voló sobre el
nido del cuco
Esperanza
Para hablar de Esperanza creo que es mejor hablar de ella como un día.
Empieza saliendo el sol pero hace frío es el inicio del día y durante la mañana
se siente el progreso de ese calor.
Luego al mediodía tenemos un sol esplendoroso que nos da energía, llega también
la máxima actividad y es donde más nos sentimos vivos.
Después la tarde donde hace aún calor, pero el sol empieza a desaparecer y con
él, la luz.
Hasta la noche donde nos inunda una oscuridad que aliviamos artificialmente con
luces hasta la hora de irse a la cama y dormir.
¿Qué es la esperanza?
Ese sueño de volver ver amanecer mañana, que es la vida… las pesadillas que son
los problemas de la vida, pero soñar es la esperanza de vivir, ya que, si no
tienes esos sueños, ya no tiene sentido volver a ver amanecer o vivir.
Sin esperanza no hay vida, como no hay días sin mañana, sin esperanza el mañana
no existe y sin el mañana no hay vida.
Javier
Esperanza
Mi vida ha sido siempre muy
inquieta, acelerada, hablo de mi porque soy la persona a la que creo que más
conozco. ¡Esperanza! Solo deseo no terminar sola en esta vida, esta vida sin
sentido, mi hijo se ha querido independizar con 20 años (perfecto, genial me
dice mucha gente), bueno para mi demasiado pronto.
Después mi hermana mayor y mi
cuñado enfermo de cáncer, son mis pilares, si les pasase algo no sé cómo lo
podía superar.
Esperanza.
Solo pido esperanza.
Y hoy no puedo seguir con la
historia. Quizás mañana, porque espero que siempre haya un mañana.
Ingrid
L’ESPERANÇA
L'Esperança …
espera el millor ...
com cada dia,
Molt content
tots els dies, cada dia !!!
si no, ... espera l’esperança ...
viu l’esperança ...
sempre tenim l’esperança ...
per tapar el dia a dia ...
confia !!
anem bé … !!
espera … !!
l'esperança !!!
i gaudeix ...
JordiMAJU
L’ESPERANÇA: “IKIGAI”
Pel meu punt de vista, l’esperança és un terme molt imprescindible per la
humanitat, perquè és com una necessitat per seguir endavant amb energia i tirar
cap endavant en cas de caos.
Jo, com sóc creient, sempre en tinc d’esperança, esperança en que tot anirà
cap a molt millor en les nostres vides, i que tot millorarà en moments de
baixons o moments dolents.
Jo crec que l’esperança la té que tenir tothom, no tenir-ne és com una
blasfèmia per a mi i també per a molta
gent que som creients.
Resumint, que sense esperança, és com fer les coses sense vida, sense
energia, sense il·lusió, sense tenir-ne un “IKIGAI” a la vida.
[FI]
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