¡HABLANDO DE CUCOS!: NATURALEZA CONTRA CRIANZA GENÉTICA (Sitges'24, descarrilando un poco, que también es bueno)
1) CUCKOO (de Tilman Singer, Alemania - EEUU, 2022) **
Éste film, perteneciente a la sección Sitges Collection, es un título
acertado, que funciona en dos niveles, o en tres si tenemos en cuenta el título
de éste humilde blog: Se ambienta en un mundo confuso y trastornado, pero
también trata sobre el comportamiento genuinamente perturbado de personas que
claramente no comprenden lo fuera de lugar que están sus acciones. La metáfora,
que todos conocerán, del comportamiento del cuco está omnipresente: el ave que
a veces practica el parasitismo de cría , depositando sus huevos en
los nidos de otras especies, y aquí encontramos su equivalente humano, o al
menos "casi" humano. Luego está el reloj de cuco, cuyas distintivas
campanadas en un momento inesperado provocan la risa histérica de un personaje,
como si estuviera en sintonía con el absurdo inicial de su inclusión en la película
de Singer, también guionista. Y, por último, es, por supuesto, un término
coloquial para "loco", lo que caracteriza a la perfección una
película que no pide disculpas por su naturaleza desquiciada (y a veces
disparatada, sí).
El film comienza con Gretchen (la actriz trans de la serie de HBO "Euphoria",
Hunter Schafer), de 17 años, acompañando a su padre, su madrastra (ambos
arquitectos) y su hermanastra muda a un pueblo turístico en los Alpes bávaros.
Su madre acaba de fallecer, y Gretchen está de luto, enfadada, rebelde y
distanciada de su familia.
El inquietantemente educado dueño del resort, Herr König (Dan Stevens,
presencia recurrente del género), le ofrece a Gretchen trabajo de recepcionista
en un complejo de lo más extraño. Todo parece parte de una conspiración. Una
noche, al volver a casa, es atacada por una mujer encapuchada. Y aquí es donde
todo empieza a desmoronarse. La mujer encapuchada de ojos rojos resulta ser un
cuco humanoide de origen incierto; sus gritos desorientan a las víctimas
humanas, lo que le permite vomitar líquido en sus bocas e implantar un óvulo.
König es un conservacionista de cucos humanoides y ayudó a la mujer encapuchada
a implantar un óvulo en Beth, la madre de Gretchen, durante su luna de miel.
Así que Alma, la hermana de Gretchen, no es humana (lo que explica su falta de
voz). También conoceremos a Henry, un ex policía cuya esposa murió
accidentalmente en un proceso de implantación, y que está tratando de matar a
todos los cucos. Si, ya sé que toda ésta explicación suena divagante, pero el
propio film no intenta ser sensato.
Cuando la mujer encapuchada grita, la desorientación se visualiza como una
especie de tartamudeo argumental. Ese "canto del cuco" lastra el
desarrollo del film, que se pierde un poco en un sinfín de metáforas cursis y
subtramas descabelladas. Esta "llamada" es también, simultáneamente,
un símil de la discapacidad en general y del autismo en particular. Alma, un
cuco, puede comunicarse en lengua de signos, escribir palabras y utiliza
-importante- una aplicación de voz, pero no puede hablar. Sus padres son
humanos normales, pero les implementaron esa ¿aberración?, que algunos (como
Henry) ven como un monstruo que debe ser destruido, y otros (como König) como
una curiosidad científica que debe ser estudiada, manipulada y tratada con
condescendencia.
En ese contexto, la incapacidad de la película para mantener su coherencia
—especialmente en los momentos clave— la convierte sin querer en un film de
serie B con una alegoría sobre la comunicación fallida. Y, quizá, en una
metáfora de cómo las narrativas del cine de terror se construyen sobre un odio
tácito a la discapacidad, al mismo tiempo que utilizan las enfermedades
mentales, de manera prejuiciosa, como una estética validadora en sí misma. Soy
lo que me persigue.
Parece importante que Gretchen pase la mayor parte de la película con el brazo inmovilizado y la cabeza vendada tras un accidente de coche (causado por un cuco). Su desconcierto exterior es paralelo a su dolor interior. Pero también la acerca a su hermana muda. Ambas acaban en el hospital, manipuladas mientras las cuidan para "volver a la normalidad". El clímax emocional de la película es, sin duda, el momento en que Gretchen escucha un mensaje de voz que Alma dejó en el contestador automático de su madre fallecida. Alma, que no comprende que su madre ha fallecido, habla de cuánto la extraña y le pide que la visite. Es, claro, un malentendido; Alma no entiende la muerte, porque es joven y (quizá) porque es autista. La voz de Alma, le habla al contestador automático no humano, nadie hablando con nadie, voces vacías que se pierden en el vacío.
Pero además, la falta de comunicación nos lleva a lo más relevante: el amor
de una hermana rota a una hermana rota. Una vez que König deja de fingir que
oculta su villanía, las muertes se acumulan rápidamente, pero cualquier atisbo
de coherencia argumental se desvanece para cuando el citado malvado (¿o
visionario?) y el detective se ven envueltos en un enfrentamiento armado, con
Gretchen atrapada en el medio y esa mujer encapuchada apareciendo en momentos
inoportunos. Sólo la aparición de esa inesperada conexión fraternal entre
Gretchen y Alma tiene algo de sentido. En un final inesperado pero conmovedor,
"Cuckoo" puede tener una trama excéntrica con su enfoque en el
parasitismo aviar, pero lo verdaderamente claro es que Gretchen aprende a
aceptar a Alma tal como es, y juntas, logran superar las amenazas que las
rodean, demostrando que, a veces, la familia se forma de maneras inesperadas
pero igualmente hermosas.
Como ven, he intentado encajar las piezas de un puzzle a ratos incoherente,
a ratos incapaz de mostrar cierta tesis sobre ésta comunicación fallida. El
film, creo, subraya nuestro deseo de ser aceptados y no excluidos, un empeño
tan loable como mal revelado, todo por un cierto despropósito narrativo que
obliga al espectador a un esfuerzo considerable para esquivar sus aristas y
prisas.
Singer aborda temas de hipnotismo e identidad descontrolada: al igual que el
monstruo central, la alienada Gretchen lucha por encontrar su lugar, atrapada
entre el amor y el odio por su hermanastra Alma y planea irse con su nuevo
amante Ed, un casi-extraño en la práctica, para una vida fuera del nido. Sin
embargo, algo se interpone violentamente en sus intentos de irse, dejándola
cada vez más herida físicamente. En medio de un diseño de sonido perturbador y
una trama con carencias, se plantean preguntas sobre la naturaleza y la
crianza, y sobre los vínculos humanos que van más allá de las normas
convencionales de la genética y la biología. El tema se amplifica no sólo por
la sexualidad de Gretchen, sino (de manera más oblicua) por la elección de la
actriz trans Schafer, en una película que en última instancia ofrece una
súplica (estridente) a favor de reconocer y aceptar la hermandad en cualquier
forma.
El guion de "Cuckoo" decepciona un poco, con un
sentido del ritmo irregular (y me atrevería a decir inusual, y no por
coherencia con el tema), jugando con microbucles temporales y un montaje, eso
sí, con lógica de pesadilla. Sin embargo, cuando llega el momento de
desentrañar los misterios de la película, se explica tanto de más como de
menos. Los personajes se lanzan una lluvia de explicaciones de forma poco
elegante, paralizando un proceso natural. Sin embargo, las complejidades de los
secretos del resort siguen planteando preguntas considerables al llegar los
créditos finales. Cuanto más expuesto se vuelve el enemigo de "Cuckoo" en
el tercer acto, menos aterrador se vuelve la situación. Mantener las cosas más
sutiles habría sido una decisión más audaz.
Porque, en otros aspectos, la película es en gran medida audaz. Está
bellamente filmada, con colores vibrantes y poco convencionales y una textura
granulada, cortesía de la fotografía de 35 mm de Paul Faltz. Tiene sangre falsa
de un rojo intenso y fluido, como en las grandes películas de terror de antaño
(volvemos a esas mencionadas pelis de serie B). Cuenta con ese diseño de sonido
que apuntaba, crujiente y chirriante que te pone nervioso y una banda sonora de
Simon Waskow particularmente efectiva. A pesar de sus logros (actuación de la
protagonista incluida), "Cuckoo" resulta ser más ambiciosa que
lograda.
Esta coproducción germano-estadounidense aporta dinero y talento de
Hollywood a una estética decididamente europea, pero al contar una historia de
forma tan distante, a Singer le cuesta contarla con precisión. Su textura
visual es deliberadamente artística, y el desarrollo de la narrativa está
extrañamente espaciado por elipsis e información oculta que se tiene que
interpretar demasiado. Es una historia con potencial, que sólo con tratar de
manera conveniente y sin subrayados el tema del autismo (con un poco de "La
invasión de los ladrones de cuerpos", por si alguien no lo había
notado) resultaría notable, pero no de forma tan desordenada y con los tropos
narrativos típicos del género tan incoherentes como incomprensibles. Al final
es demasiado absurda para ser realmente escalofriante, pero apunta maneras.
Veremos el tercer largo de su autor (el primero, "Luz", del 2018 y
también de terror, no lo he podido ver)...
Si..un tanto extraño el argumento. Lo mejor la similitud léxica del título del film con este blog ..au que aquí las ideas son más coherentes y ordenadas, sin óvulos ni cucos humanoides..eso si .también aquí el ambiente es de género fantástico..Salu2
ResponEliminaGracias por los halagos, querido Koto, pero en términos coloquiales, ya sabes lo de "Alguien voló..." se aplica también al término "loco", de lo que hay mucho aquí, en éste humilde blog. En realidad el argumento se puede seguir con paciencia. Los padres, en su viaje de bodas al resort, fueron "inseminados" por el "científico loco" que busca crear una especie de híbridos humanos - cucos. Hay una heroína, su hermanastra muda - cuco, peligros y ambiente misterioso. Piensa en cada cuco como "vainas" y te acercarás.
EliminaOtra cosa es que todo resulte redondo, pero el tema principal, si no desertas de ella, no es excesivamente complicado.