LA MENTIRA
¿Será que me han dibujado así?
A ver
como empiezo... Me voy a meter de lleno. Tengo un problema con la mentira, (a
la propia me refiero) puedo mentir, pero tengo un terror atroz a que me
descubran. Porque creo que lo harán, ¡ipso facto! No sé si es, porque he oído a
mi madre infinidad de veces decir: "las mentiras tienen las patas muy
cortas" o esta otra, "se coge antes a un mentiroso que a un
cojo" y mi padre decía: "para mentir hay que tener muy buena
memoria"
Pues recuerdo que conocí a un muchacho en mi
juventud, con mi misma fecha de nacimiento, pero un día después y dos años
antes... Y yo le hice ver este dato, pero diciéndole que era un día más viejo
él que yo.
Hasta que un día... Hablando de mi mili, se
descubrió el pastel (léase la mentira) ¡No lo he pasado más mal en mi vida!
(Quizá exagero). Y es que estábamos un grupo de gente, y me sentí muy ridículo,
por quitarme dos años. Pero mira oye, ahora soy un tío incapaz de mentir...
Bueno, por teléfono... ¡no te fíes!
Aloisius
¡Qué narices!!
Hay mentiras
famosas, mentiras que han hecho historia, sobre todo en la literatura universal,
quién no recuerda la mentira más famosa en forma de fábula del pastorcillo y el
lobo - que viene el lobo, que viene el lobo... Y al final apareció. Al
pastorcillo le tenía que haber crecido la nariz 🤥 cómo a
Pinocho, que era de madera, pero tenía la nariz más famosa de la historia, con
permiso de Cleopatra claro está. Y pueblos mentirosos también los hay, lo digo
por Santillana del Mar, que no es Santa ni es llana ni tiene Mar.
Y para
acabar: recordad que siempre miento.
Widny
El día en que Freddy dormía
Siempre
decía que iba a hacer la compra del mes con su anciana madre. Que la llevaba en
su coche. Cada vez iba más seguido, supuestamente a comprar al supermercado.
Freddy lo sabía. Sabía que le quedaba poco y que estaba entorpeciendo el camino
de su amado Ben. Ya no creía en las excusas que le daba. Salía con más
frecuencia. Hacía tiempo que habían dejado de tener relaciones. La enfermedad
de Freddy avanzaba lentamente. Estaba harto de sus mentiras piadosas. No era
tonto. Sabía que se estaba viendo con otra persona. Su enfermedad no tenía
cura. ¡Cuántas veces habían llorado juntos sintiendo la impotencia que se
siente cuando ya no quedan armas con las que luchar! Ben también se había hecho
las pruebas pertinentes y había dado negativo. Dedicaría lo que le quedaba de
vida a escribir un libro. En él contaría todas las experiencias que vivieron
cuando eran más jóvenes con una tribu amazónica. Allá conocieron el mescal y la
ayahuasca y todo tipo de hechizos que les hizo ver al jaguar de cerca y cómo
volaban por las montañas nevadas del Himalaya. De repente, un golpe seco en el
techo lo despertó. Era el Abelino que otra vez se había caído de la cama. No
tardó en darse cuenta de que se había quedado dormido unas horas. Quiso gritar,
pero no podía. Tenía las piernas sujetas con cinta americana. Esta vez vio a
Ben perfectamente cómo, sin disimulo ya, hablaba por teléfono con gran
efusividad con alguien. No había esperado siquiera a su muerte inminente. ¿Qué
clase de vida había vivido con esa persona que ahora era un extraño para él? Ya
no hacía falta mentir. Se le había ca8do la careta. Freddy tenía un cáncer de
piel (sarcoma de Kaposi). Al principio solo se apreciaban dos pequeños lunares
que antes no estaban. Poco a poco fue adelgazando y, a su vez, seguían
surgiendo las malditas manchas. Ben se encargaba de prepararle la comida, de
bañarlo, de vestirlo y de afeitarlo. Solo estaba fuera de casa el tiempo
necesario para trabajar. Vivían bien con la pensión de Freddy y su propio
salario. Rondaban la treintena y, claro, echaban de menos los momentos
maravillosos de alcoba. Ya nada sería igual. Ben le engañaba con otro. Eso era
un hecho. Ben le mentía para no herirle. Se fue apagando como una vela. Los
médicos habían dicho que era cuestión de un mes o dos lo que le quedaba de
vida. A Freddy no le quedaban fuerzas ya. Le confesó que nunca había querido a
otro hombre más que a él. También le pidió que acabara el libro de la vida que
habían vivido y que solo recordase los buenos y bonitos años vivido juntos.
"Todas las mentiras que le había dicho salieron a la luz ese día en que
Freddy dormía". Freddy exhaló su último aliento mientras que Ben le dio un
beso húmedo como señal de despedida.
Eva
GRACIAS POR DECIRLO
Antes
de que se estrenara "Buffy cazavampiros". Mucho antes de que Neo
fuera el elegido. Y muchísimo antes de que Andrés Calamaro compusiera su
"Loco"....
En su
portal, se miraron la chica rubia de vestido verde y el chico que aún era un
pardillo. Se acercaron tanto que la situación pedía un beso, pero él no se
atrevió a darle a ese momento mágico un final bonito.
Se
tocaron las frentes y nada se oía. La noche les engullía.
Ella,
la rubia con rizos de oro, le susurró "Te quiero". Y, sin dejar de
acariciarla con su frente, él sólo alcanzó a decirle en voz baja "No es
verdad, pero gracias por decirlo".
Juanmi, "el que voló
sobre el nido del cuco"
La MENTIDA
no m'ho
diguis ...
sigues
'sincer', i no 'me la colis'
son tan
fàcils les realitats ...
son tan
reals ...
que no
cal amaga-les, disfressar-les o maquillar-les
però...
no te les inventis ...
per la teva conveniències ...
per 'figurar' ...
per 'fotre' ...
o pel que sigui ...
sigues
sincer, i clar
i no
siguis 'MENTIDER' !!!
jormaju
MIENTEME
A nadie
le gustan los mentirosos.
¿Quién
no se siente fatal cuando es víctima de un engaño o una estafa?
Y, sin
embargo, todos mentimos. Según los científicos, varias decenas de veces al
día.
La
mentira es una estrategia de supervivencia para poder convivir en sociedad y debe
ser algo innato porque hasta los niños muy pequeños mienten cuando rompen algo
y les preguntan si han sido ellos.
Existen
las mentiras que destrozan vidas, como las calumnias o las falsas promesas y
las mentiras necesarias/piadosas:
"Estoy
bien" "Me encanta tu regalo"
¿Para
qué hacer sentir mal a alguien diciendo una verdad innecesaria?
La
Verdad aunque duela, dice mucha gente.
Pues
yo paso.
Es
más importante tener paz que tener razón y yo prefiero vivir feliz, aunque sea
engañada (si nunca me voy a enterar) que vivir sufriendo una vida entera.
Pily
Martín
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