El nido del cuco 07-02-2025

 


EL CREPÚSCULO DE LOS GUERREROS (Sitges'24)

1) TWILIGHT OF THE WARRIORS: WALLED INNN (de Soy Cheang, Hong Kong, 2024) ****

La mejor película de acción del año (no la consideren sólo de artes marciales, por favor) consiguió merecidamente el Premio al Mejor Director de la Sección Oficial. Disponible ya en Amazon Prime Video, por lo que dudo mucho se estrene en salas.

Partiendo de un increíble hecho real, el film nos sitúa en la Ciudad Amurallada de Kowloon, literalmente una pequeña ciudad sin ley, totalmente marginal, recreada con maestría y con una emocionante exhibición de violencia demoledora. Walled Inn consigue, con creces, sus dos principales propósitos: un gran espectáculo de artes marciales, que recurre sin complejos al trabajo con cables en los actores y a la CGI, con un presupuesto muy holgado (la cinta de más éxito el año pasado en Hong Kong) y una recreación inmersiva de las vistas y sonidos de la ciudad que fue demolida en 1993, aunque la acción del film nos sitúa en la década de los 80, llena de luces de neón.

Basada primero en una novela de Yu-Yi y luego en un larguísimo y extenso manga, City of Darkness, creado por el mismo autor.  El cómic, que llegó a 32 números semanales de 40 páginas cada uno, fue un gran éxito y se produjo una secuela. Y sus ilustraciones son recreaciones exactas de las fotografías que se conservan de ese entorno ya mítico y legendario.

Aunque lo expliquen de soslayo en el film, considero oportuno explicar al lector, para que compruebe qué tramas pueden desarrollarse en esa ciudad, una parte de su historia. Merece la pena. Construida como un fuerte militar imperial chino, la población de la ciudad amurallada aumentó drásticamente después del final de la ocupación japonesa de Hong Kong durante la Segunda Guerra Mundial, atrayendo principalmente a refugiados que huían de la renovada Guerra Civil China. A finales de los años 1980, albergaba a unos 35.000 habitantes en su territorio de 2,6 hectáreas. Como no existía prácticamente ninguna burocracia, no había leyes ni agentes que las hicieran cumplir. Ese sueño anarquista hizo que proliferaran gangsters, mafias, narcóticos, carne de perro como alimento... Desde los años 50 hasta los 70, estuvo controlada por bandas de tríadas locales y tuvo altas tasas de prostitución, juego y tráfico de drogas. Fue en 1987 cuando el gobierno colonial británico anunció que demoleria la ciudad, tras su desalojo, en 1993. De hecho, todavía hoy se pueden visitar sus restos. Vamos, durante todas esas décadas podrían haberse rodado allí centenares de westerns salvajes.

Y el año pasado lo hicieron. En este Crepúsculo de los Guerreros, tan brutalmente entretenida como deslumbrantemente violenta, nadie puede desafiar al despiadado líder de la banda más salvaje, Mr. Big (legendario actor y director, Sammo Hung, en su primer papel de villano sádico con habilidades casi sobrenaturales que en ningún momento se trata de explicar, con su fortaleza propia en el astillero), hasta que llega Cyclone (Louis Koto), un gran artista marcial que ejercerá de facto de alcalde de este laberinto de hormigón. Un refugiado chino, Chan (Raymond Lam, con secretos familiares incluidos), que al principio intenta "pagarse" su entrada e identificación falsa ganando peleas a puño limpio, se convertirá en un problema para ambos. Al ser traicionado por Mr. Big y robar una bola de cocaína del mismo, es "adoptado" finalmente por Cyclone (un dueño de barbería que se nos presenta mientras patea, da vueltas y atrapa su cigarrillo, todo en un único movimiento suave), que lo integrará en esa comunidad cerrada. Chan, otro hábil luchador y solitario por naturaleza, encuentra una especie de familia y algo parecido a un hogar. Claro, inevitablemente tendrá que involucrarse en la lucha de poderes.

Reuniendo un auténtico elenco de estrellas locales, el film de Cheang recupera los días de gloria de las películas de acción en Hong Kong. Con una recreación majestuosa y claustrofóbica de Kowloon, una energía implacable y un drama de lo más intenso (que a veces, sí, roza la telenovela), el director aprovecha esos ingredientes para crear un retrato abrasador de una forma de vivir (y morir) que ya no existe. La película está repleta de coreografías de acción de lo más audaz, que pueden implicar a personajes escalando y luchando en esos estrechos pasillos de la ciudad, acción siempre inventiva, fluida y rápida, pero con un montaje que hace que nunca sea tan frenética para la vista del espectador. Evidentemente hay espacio para personajes arquetipos, los entrañables luchadores de Cyclone: el que maneja la espada, el que siempre utiliza una bicicleta, el que siempre conserva una máscara facial.... Todo funciona de maravilla y, a medida que avanza el film nos vemos engullidos por una historia más grande y que se desarrolla en segundo plano, a base de flashbacks de los años 50 y que explican  el germen de las rivalidades.

Esa camaradería entre Chan y sus nuevos amigos se convierte en una luz entre los sucios callejones, haciendo de sus tuberías un divertido gimnasio y consiguiendo que la acción sea más divertida, a veces rozando lo superheroico: incluso un caricaturesco secuaz de Mr. Big parece poseer superpoderes wuxia. Así, la película encuentra su tono más acertado cuando se inclina hacia la farsa. Quizá los diálogos son muy explícitos, quizá el film abusa de insertos de noticiarios que insinúan el destino final de la ciudad, quizá prima la aventura sobre la caracterización.... Pero el director consigue un film que funciona como un tiro (su banda sonora, que recuerda a spaghettis de Almería), haciendo que parezca creíble que motos circulen a toda velocidad por esos pasillos tan angustiosos. Claro, como ya he dicho, le ayuda un diseño de producción impecable (se agregaron varias paredes removibles y rincones para colocar cámaras y para que los coreógrafos de luchas tuvieran suficiente espacio para trabajar). Ésta afortunada combinación de elementos, usados sin ningún recato, ha llevado al resurgir del cine de artes marciales cantonés, a esas décadas de los 70 y 80, anunciando ya futuras precuela y secuela a la vez. Y sí, se dirige a un público nostálgico de esa época pero también abre el camino a nuevas vías de resurgimiento del género. Un género que, para el aficionado, es un lenguaje universal, físico, destinado a los espectadores de todo el mundo con ganas de disfrutar y jugar. Para nada un producto local y minoritario. Las escenas que protagoniza Cyclone hicieron que todo el público de Sitges aplaudiera a la vez. Con esas imágenes, el idioma es lo de menos, sólo hay que participar de lo que acontece en pantalla. Y el director sabe muy bien dónde colocar la cámara y los distintos ángulos de las gozosas coreografías. Es emocionante, es triste, es honesta y tiene una base histórica fascinante sobre la que se construye toda la premisa. ¿Qué más se puede pedir salvo dejarse llevar por ella?.

Y no todo es desenfrenada acción, no, en esencia, trata sobre las conexiones humanas que se forjan en condiciones extremas. No habrá mucha evolución en los personajes, de acuerdo, pero cada pelea es un reflejo de sus luchas internas, su desesperación y su voluntad de sobrevivir. Esta combinación de narrativa y espectáculo eleva el film por encima de las películas de acción estándar. Nada que ver con las estadounidenses (salvo, quizá, la saga de John Wick). Y, sin pretensión alguna de filosofar, plantea una pregunta interesante: en un mundo donde la línea entre el bien y el mal se ha desdibujado hasta ser irreconocible, ¿qué significa ser una buena persona?.

En resumen, creo asegurar que todo espectador con ganas de diversión, se irá con un pedazo de la Ciudad Amurallada grabado en la memoria. Si podéis, dadle una oportunidad. Creía que ya no volvería a ver una película similar.




Comentaris

  1. Añoro las pelis dl Mono Borracho o el Luchador Manco...buena persona es la k kiere el bien ajeno y hace acciones para ello

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    1. Pues efectivamente, Koto, la mítica El mono borracho sobre el ojo del tigre (en original El maestro borracho, no me dirás es mejor el título castellano) era una peli cómica de artes marciales exageradisima al servicio del inmortal Jackie Chan. Un ejemplo de esas películas clásicas de los 70 de Hong Kong de las que hablo en la reseña.
      Y la legendaria El luchador manco, nada disimulada adaptación de superhéroes con bajo presupuesto, era de Taiwán, pero de la misma camada en tiempo y forma.
      Ésta de la que hablo bebe directamente de su espíritu pero con muchísimo más presupuesto .

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  2. Una peli "de chinos", pero no. Me han dado ganas de verla aunque tanta violencia me tira para atrás. Pero las pelis de venganzas y los dramas son mis favoritas

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    1. Hola Pili!
      Bueno, "chinos" de Hong Kong...Bueno, si no estás acostumbrada al mundo de las artes marciales es normal no te guste.
      Pero, aparte de la lección histórica de esa Ciudad Amurallada sin ley y si fantástica recreación, te he de decir, en su favor, que la violencia es tan exagerada, hiperbólica y superheroica que tienes que sonreír cuando la ves.
      No diré que es una comedia, pero para nada se trata de "violencia real".
      Ay, pero sé no te convenceré. Pero violenta y real yo considero, por poner ejemplos que creo has visto, ¿Quién teme a Baby Jane?, "La loba" o la mismísima "Un tranvía llamado deseo". Y no salen chinos!

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