13-12-2024 El nido del cuco

 



DE ASILOS A RODAJES EXTRAÑOS (Sitges'24)

1) THE RULE OF JENNY PEN (de James Ashcroft, Nueva Zelanda, 2024) ***

Film dentro de la sección oficial que ganó, exaquo, el premio al mejor actor, unos fantásticos Geoffrey Rush (presente y homenajeado en Sitges) y John Lithgow, éste último realmente inconmensurable. La trama habla sobre uno de los miedos más atávicos, el envejecer, y acontece en una residencia de ancianos donde éstos parecen abandonados a su suerte y a merced de cualquier residente psicópata. El staff médico brilla por su ausencia de noche y es incompetente de día. Díganme si no se juega a un miedo cercano y real...

Después de sufrir un infarto, un autoritario e impertinente Juez (Rush) es internado, muy a su pesar, en un asilo de ancianos, con una drástica reducción de la movilidad de su cuerpo, aunque él mismo piensa se trata de una situación momentánea hasta que se encuentre recuperado. Pero su verdadera pesadilla comienza cuando se encuentra con su particular némesis: un residente llamado Dave (Lithgow) y su marioneta que siempre lleva en el brazo y parece una extensión de sí mismo, Jenny Penn,  aterroriza al asilo entero campando a sus anchas por las noches: humilla y roba comida a sus compañeros, les roba, les hace lamer el sucio títere... todo con un sadismo innato. Y con  una capacidad increíble para hacer lo que se le antoje y quedar como una falsa víctima ante el personal de la residencia de día. Es un tirano al que todos tienen miedo, resignados. Enseguida, el Juez luchará contra él usando cada vez más métodos parecidos a los suyos, en una rivalidad personal que servirá como cura de humildad (ante la injusticia sufrida) a su pasada altivez. Un thriller geriátrico en toda regla. Aunque no existe un verdadero héroe digno de nuestra compasión.

La premisa es atractiva, el reparto magnífico, el suspense bien dosificado en un in crescendo creíble. Hasta entendemos que el malvado salga bien parado aprovechando sus bien conservadas facultades físicas y cruel inteligencia. Pero ésta situación de impunidad se repite demasiadas veces como para que resulte verosímil. Si es con la intención por parte de director y guionista (acreditado con otros dos) de abordar alegóricamente el abandono e indefensión de las personas de tercera edad y lo terrible, solitario e impersonal de un asilo (uno ya tiene pavor a acabar en uno de ellos) es loable tal empeño. Además, el film nos muestra la vulnerabilidad irremediable que nos acosará conforme vayamos perdiendo nuestras facultades físicas y psíquicas (Rush, muy bien reflejado, va perdiendo lentamente su movilidad y está atrapado en un cuerpo que ya no le responde, ¿cabe más terror que ése?). Pero lo que acontece, menos algunos desvalidos secundarios, está poblado de demasiados personajes crueles e insensibles: Juez, psicópata y cuidadoras/es, lo que hace un tanto repetitivas y perder progresivamente carga dramática el constante e impune bullying. Es un '¿Quién teme a Baby Jane?' pero sin una víctima clara (a pesar del último giro narrativo de la peli de Aldrich).

Stephen King se ha rendido a este terror psicológico para mayores y no dudo de su estreno en salas. Sólo pienso en cómo la abordarán los más jóvenes, que tendrán posiblemente en sus manos el destino de sus familiares ancianos: ¿como una distopía?, ¿como una advertencia?. En todo caso, ésta residencia es un particular purgatorio para nuestro irritable protagonista. Y el disfrute para el espectador es ver cómo derrotará a su enemigo (si lo llega a hacer). La baza final del film es la venganza y la justicia tardía, algo propio y comprensible para todas las edades.

 



2) EL SEGUNDO ACTO (de Quentin Dupieux, Francia, 2024) *****

¡Que no haya un año sin película de Dupieux en la sección oficial! (el año pasado hasta dos). El maestro del absurdo y el humor negro nos trae ésta vez el siempre sorprendente director nos ofrece una mordaz sátira sobre la industria cinematográfica y la Inteligencia Artificial, rodada en larguísimos planos y con un elenco poderoso: Lea Seydoux, Vincent Lindon, Louis Garrel...

El film arranca con dos personajes caminando por el bosque hablando de cosas mundanas cual peli de Rohmer. David acude a encontrarse en un aisladisimo restaurante ('el segundo acto') con Florence, enamoradísima de él , que quiere presentarle a su padre. David se siente hastiado de la relación y pretende que su novia quede prendada de su amigo Will, que le acompaña. Cuatro personajes y un autor. Todo apunta a que estamos contemplando una comedia romántica indie, pero inevitablemente, la sinrazón no tarda en aparecer. Uno de los personajes empieza a desgranar diálogos políticamente incorrectos y cancelables y empiezan las rupturas de la cuarta pared y miradas nada disimuladas a cámara. De hecho, hasta se recriminan estas "morcillas" no previstas. No se ve ningún equipo o material cinematográfico, pero descubrimos que la peli tiene lugar en un plató natural. Están rodando una historia que los mismos actores no dudan en calificar de "malísima". De las conversaciones inapropiadas pasamos a los giros meta y más meta, al acoso en plató, a madres poco impresionables, a chistes sobre 'Titanic', discursos egocéntricos sobre cómo hacer arte y cine con 'poso' es un esfuerzo vano e indefendible en este mundo actual (a menos que  Paul Thomas Anderson quiera darte un papel, el mejor chiste del film)... Todo se va incrementando hasta que descubrimos que la peli en cuestión - SPOILER - es la primera guionizada y dirigida por una IA que se encalla en el peor de los momentos - FIN SPOILER -.

Toda una sucesión de brillantes ideas donde Dupieux habla de la cultura de la cancelacion, claro, del poder creciente de los algoritmos en el cine y el futuro de la industria cinematográfica con un tono evidente de comedia negra. El director lanza sin descanso comentarios incisivos y actuales que parecen, en principio, deslavazados de forma un tanto artificial. Pero no estamos ante un film que da vueltas sobre sí mismo, al contrario. En manos de otro autor, podría haber quedado como un gag estirado en exceso. Pero su propia 'autoconciencia' se eleva a través de sus personajes pirandellianos, destacando la incorporación del muy nervioso extra que interpreta al propietario del restaurante, ansioso por intervenir en una peli, y cuyas apariciones y tropiezos son hilarantes. Así, la barrera entre realidad y ficción se difumina y se revela la verdadera intención profunda del bueno de Dupieux: la simulación e interpretación en la vida real (todos lo hacemos) y la verdad real. Cuando la broma parece haber llegado a su fin, con una conversación sobre los problemas de tener un perro, un último plano secuencia, ésta vez sí, revela el artificio de éste particular cine del absurdo. Un travelling que nos muestra los raíles infinitos sobre los que se desliza la cámara a lo largo del mismo prado que vimos al principio. La estructura se revela perfecta, los personajes y escenario ya no importan y sólo queda el tejido de lo artificioso: "la realidad es la realidad", dice en un momento uno de los actores.

Esta «meta-comedia» está coproducida por Netflix, lo que le incorpora una gran capa de ironía y riesgo, ya que desnuda la hipocresía, el nulo papel de los autores y las exigencias matemáticas del espectáculo. Al final no sabemos muy bien de lo que hemos visto qué ha sido real y qué no, lo que es maravilloso. De la (más precisa y graciosa) primera mitad del film, pasamos a descifrar cómo todo lo que presenciamos puede ser parte de la invención de otro, humano o robot. Lo mejor de Dupieux quizá no todavía, no pasa por 'volverse serio', pero el humor que se genera a través de sus ingeniosos puntos de partida no tiene parangón en el cine moderno. Con su estilo propio inconfundible, y su carga ácida que supera, en mi opinión, a otros autores como el griego Lanthimos, la película es super recomendable para quienes quieran diversión y reflexión. Su aparente distanciamiento encierra el verdadero surrealismo (y el negro futuro de la ficción y, como extensión, la propia realidad).

 

(seguiremos intentando crear expectación ante películas o no estrenadas o no publicitadas)


Foto final: Rush / Barbossa y un futuro residente en geriátrico


Comentaris

  1. La dl 2o acto a priori no me atrae..pero la dl asilo sta muy bien...actorazos ( guay con la foto, con lithgow hubiese sido un puntazo), planteamiento q pued pasar en la realidad (no se lo dl muñeco, pero habrá gente q ste mejor q otros mal parados en los asilos, y les putee)..y lo k dices..el verdadero miedo no es encontrarse a un Jason ,( hoy es Viernes 13), es acabar así en un geriátrico, un vecino q t joda la vida, un jefe en un trabajo q t st fastidiando el día a día, una ex q t haga la vida imposible....ese es el verdadero terror

    ResponElimina
    Respostes
    1. No puedo añadir nada a tu muy acertado comentario, querido Koto. Sí, el verdadero terror está en la gente que te rodea y no siquiera eliges, ese vecino, ese jefe, esa pareja. Y la vejez, el deterioro, la enfermedad, el no poder ser autosuficiente. Por eso cuando una parte del público dice preferir el drama al género del terror, creo que es el horror verdadero quien les devuelve la mirada.
      Lo del muñeco es sólo una estratagema narrativa para hacernos partícipes de su estado mental. Que bien puede ser fingido para proyectar el horror a sus compañeros que están peor físicamente que ellos. Es un psicópata con víctimas a su merced. Y con la suficiente inteligencia como para aparentar después ser la víctima él.
      Imagina un compañero así en tu habitación compartida.
      Y si, Lithgow es lo mejor del film.

      Elimina
  2. La película del asilo hace pero que muy buena pinta.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Y da muy mal rollo, Coque. Ten contenta a tu familia y cuida mucho tu salud. Y pide habitación individual si llega el caso.

      Elimina

Publica un comentari a l'entrada