EL FANTÁSTICO CINE ESPAÑOL (Sitges'24, segunda parte)
El último film del añorado Vigalondo, que no rodaba un film desde su
maravillosa "Colossal", con la que guarda no poco en
común, se trata de un híbrido entre drama romántico (y como en su anterior film
con elementos de masculinidad tóxica o, al menos, equivocada) y la pura sci fi.
Viéndola es imposible no recordar otros films como " Origen",
"Olvídate de mi" o "Abre los ojos"
(de la que podría ser su versión invertida), referentes que el propio director
asume como propios porque forman parte de su bagaje y del nuestro, como nos
contó en una mesa redonda - entrevista. Para contar la historia de Nick, un DJ
británico afincado en Madrid, que sufre su particular duelo depresivo por la
muerte de su novia, Daniela, se vale del concepto de esos sueños lúcidos
mencionados al principio. Después del consejo de una amiga médica preocupada
por su depresión (intrigante en su fría fisicidad Nathalie Poza), accede a
formar parte de un ensayo clínico donde, con la ayuda de nuevas drogas, accede
a una versión onírica donde reconstruye su relación con Daniela, pero ésta vez
manteniendo el control sobre los pensamientos y acciones de la misma. La
tentación de ser tu propio Dios. Pretende crear una versión ideal, que a lo
mejor sólo existe dentro de sus moldeados recuerdos, de la pareja.
Evidentemente hay reglas que se saltan y pronto comprueba que no siquiera en su
sueño lúcido 'posee' el dominio de los acontecimientos.
Como ven, se trata de una apuesta narrativa original y muy personal, también
en la apuesta formal (la realidad la vemos en formato 4:3 rodado con la antigua
Betacam y su versión onírica en formato más amplio y con colores mucho más
vivos y contrastados). Es lógico que nuestro protagonista se encuentre más
cómodo en la recreación / nueva 'versión' que en la dureza de su vida 'normal',
en la que se siente totalmente desubicado. Lo que resulta inevitable es que
Nick busca manipular sus, insisto, personales recuerdos, a Daniela para ofrecer
una visión más sencilla y menos compleja de la misma. Una prolongación del
dominio y manipulación ajena, más bienintencionada pero igualmente
reprobable, que ya desarrollaba en una vertiente más fantástica y más
amable la ya mencionada "Colossal". Al respecto de su
propuesta formal, Vigalondo comentó que pensó en versiones en blanco y negro y
en color, pero que a los productores ¡les sedujo más los distintos formatos!,
una opción sin duda más arriesgada comercialmente, pero más efectiva y menos
usual.
El personaje de Nick es el más desarrollado en su confusión creciente sueño
/ vida real, tomando conciencia, en gran parte por la aparición imprevista de
un tercer personaje (Aura Garrido, exnovia de Daniela) que conformará un
triángulo amoroso, de que lo importante es la felicidad de Daniela y no su
impostura, dando lugar a un final sumamente abierto y críptico, que puede ir
desde el sacrificio personal hasta que todo lo contado ha sido falso, para
satisfacción del propio director, que como buen creador se negaba a dar pistas
o soluciones. Esto es un aviso para cualquier frustración en los espectadores.
La confusión de Nick acabamos sintiéndola nosotros y sólo podemos elucubrar qué
elección final hubiéramos tomado en su lugar. El amor idealizado pero falso, el
egoísmo personal, la vía difícil de buscar lo mejor para tu pareja... Temas
eternos de difícil resolución. Desaparecer o imponer tu presencia. Debates
seguros después de su visionado en un film que se intuye doloroso en su
creación. Como un sueño propio, al que buscamos explicación.
La película no ofrece un recorrido fácil por su metraje. Las propias
relaciones entre la pareja se nos antojan artificiosas, como en "Vértigo".
Un estudio sobre la soledad, el deseo, el convertir tu pareja en un juguete
articulado. Cambiar tu depresión por un nuevo beso y abrazo, desafiando la
propia muerte. Todo ello adezado por una muy trabajada fotografía de Jon
Domínguez, un audaz montaje y una banda sonora pop-electronica y apropiadamente
hipnótica del grupo catalán Hidrogenesse. El director y guionista se convierte
en Nick, narrador omnisciente que va convirtiendo a Daniela de una secundaria
complaciente a protagonista de su propia vida, recurso orgánico que se antoja
menos ficticio y chirriante. Del sueño construye una nueva realidad. O no,
insisto. Cada espectador se sumergirá en los recuerdos de sus relaciones y se
interrogará sobre sus problemas y versiones confrontadas. Un film atrevido e
inteligente que no duda en seguir caminos difíciles. Para la historia, la
imagen de los coches flotando, uno de los pocos efectos digitales visualmente
perceptibles, en un film fantástico en sus dos acepciones.
Una propuesta única que seguramente dividirá al público. Quizá un primer
acto alargado distraiga y cree expectativas falsas. Una película que me
incomoda ante la posibilidad e imposibilidad de una segunda oportunidad. Que me
pregunta sobre la idealización de las relaciones truncadas inesperadamente. Que
me recuerda no es bueno vivir en la apatía y tristeza. Que me interroga sobre
si prefiero vivir soñando o, simplemente, vivir.
No esperaba menos del director cuya ópera prima "Los cronocrimenes"
se estrenó en el Festival en 2007 y tras su visionado mi pareja y yo
engendramos a mi hija, una realidad que hoy sólo es un recuerdo envuelto en
patinas de oro. No se la pierdan y, si tienen esa suerte, véanla en pareja. Y
si no la tienen, sueñen luego con ella.
Con alusiones al COVID y su aislamiento social, la civilización se desmorona
en días. Nada nuevo. Manel huye por tierra, mar y finalmente aire, envuelto en
un traje submarinista con arpón como arma. No, no se convierte en emblema ni se
venderán figuritas de él. Sí, hay un viaje de supervivencia físico y emocional,
hay momentos esforzados de tensión y acción, sobretodo en su tramo final. Lo
mismito que en cualquier episodio de la interminable "The walking dead"
y spinoffs. No puedo escribir nada más sobre ella. Repleta de clichés,
redundante, aburrida en larguísimos momentos, un tanto torpe en su abrupto
desarrollo, el apocalipsis gallego se convierte en analogía de la mala gestión
de la Dana valenciana, perdonen si lo consideran frívolo. Predecible y con
estereotipados personajes que no te importan, la peli ya nació como un muerto
que no necesitaba resucitar. Lo más terrorífico del film es que se lleguen a
rodar sus secuelas.
3) UNA BALLENA (de Pablo Hernando, España, 2024) ***
Como ven, resulta difícil describir la trama del director / guionista
Hernando, sin duda un autor a seguir. Mezcla elementos muy reales con sueños
lisérgicos que le confieren al film una apariencia fantasmal, donde parece
convergen varios mundos. Pocos diálogos que compensan fascinantes imágenes que
vive Ingrid, que a uno le recuerda ligeramente la propuesta de "Under
the skin".
Una atmósfera lluviosa y llena de neblina, rodada en unos astilleros
bilbaínos condenados a desaparecer (como dice un secundario) que parece separar
la ría del Pais Vasco con Italia, inequívoca señal de que el mundo que muestra
no es el nuestro, de ahí la existencia de esas criaturas marinas que contemplan
a Ingrid como una de ellas. Innegable muestra de cine de autor e independiente,
el director comentaba que lo que le interesaba era, desde un punto de vista
fantástico, reflexionar sobre esa figura de la asesina lacónica y solitaria que
tan bien reflejaba, oh qué casualidad, Jean Pierre Melville.
Película sugerente y también misteriosa, que deja que las imágenes, colores
y texturas hablen por sí mismas y nunca cae en diálogos explicativos. Una
atmósfera oscura y fantasmagórica envuelve lo que podría ser un thriller pero
que se convierte en una experiencia inmersiva en lo extraño que prima sobre lo
cotidiano. Un film bello y de una puesta en escena austera que deja a la
libertad del espectador los significados de sus metáforas marinas y
motivaciones de sus dos protagonistas. Una historia imaginativa y valiente que
estimula nuestros sentidos. Más fácil de ver que de explicar. Una poderosa rara
avis que augura grandes futuras obras de Pablo Hernando y que se citará mucho
en el imaginario fantástico español.
(continuaremos, sí, que he de contarles sobre la extraordinaria Rich Flu,
el habitual film coreano y alguna otra propuesta asiática)
2 FOTOS FINALES : Nacho
Vigalondo con un servidor, admirador, esclavo, siervo y rueda de prensa de
"Una ballena"
La de Daniela es como la historia d Superman d Alan Moore, q también sonaba con su vida perfecta, pero algo en su inconsciente sab q no es realidad...y todo se desmorona..exacto..también como Abre los ojos...nunca podremos manipular realidades a nuestro antojo..y no existe la felicidad absoluta...o la máquina del tiempo versión moderna con Guy pearce ( y J.Irons d Moloch)...q a pesar d viajar una y otra vez al pasado, nunca pudo salvar a su amada...estaba predestinado....muy guay la foto con Vigalondo
ResponEliminaHola, querido Koto. Muy muy buena tu comparación con la historia de Moore "Para el hombre que lo tenía todo". No me había dado cuenta, y me consta que Vigalondo es comiquero. Ummm. Si, da qué pensar.Espero hayas visto "Olvídate de mi", donde una empresa borra recuerdos determinados, como el de un amor. O la misma "Desafío total". O la mencionada "Origen", donde al final da igual si es sueño o no.
EliminaVigalondo juega con lo más cotidiano y analiza más concienzudamente el duelo, pero tiene muchos referentes, claros. El final, eso si, es muy novedoso.