EL CINE ESPAÑOL ES FANTÁSTICO (SITGES'24, primera parte)
Nunca me había pasado que tuviera pudor a la hora de hacer una humilde
reseña de cualquier película. Claro que tampoco había hecho esfuerzos para no
reírme durante la proyección matinal de la misma en la sala Tramuntana, tal era
el jolgorio que se vivió allí. Más sabiendo que luego tenía una breve
entrevista con uno de sus actores y asistiría a su Rueda de Prensa.
Y es que ¿qué le preguntas al director, en su ya sexto film, cuando ha
pretendido hacer una película intimista, minimalista, independiente, de personajes
y resulta ser una comedia involuntaria?. Vi al actor Asier Exteandia (que
estuvo en la sala) venir sorprendido y corroborar lo que le contaba a la,
estupenda y profesional, representante de la productora, acerca de la recepción
de la obra. Y es que, desde el primer taco que dice Roberto Álamo a los tres
minutos de proyección, los espectadores reaccionaron primero con sorna, luego
con risas y al final con carcajadas y aplausos a lo que estaban viendo. Jóvenes
y adultos, doy fé. Una fiesta. Y, claro, una fiesta un tanto cruel. Al menos,
le comenté a la representante que, en la sesión de la tarde en el Auditori, con
la presencia numerosa del equipo, el público se comportaría. No sé qué pasaría.
La película, insólita en el panorama hispano y encuadrada en la Sección
Oficial, muestra la expedición lunar de iniciativa privada, de un grupo de
astronautas (que debieron recibir un curso de horas para serlo, incluido un
imposible preadolescente) que deben fotografiar un cometa, parte del cual se
estrella en la Tierra y les deja incomunicados, abandonados a su suerte y
luchando por su vida, mientras se va acabando el aire en sus aparatosos trajes.
Allí debería comenzar un drama humano envuelto en sacrificios, confesiones y
elecciones entre la vida y la muerte. Debería.
Y existen motivos para defender el film. Sus evidentes escasos medios, sus
pocos y muy distintos personajes (aunque se conviertan en estereotipos), su muy
buen reparto, imágenes impactantes de ese paisaje lunar ya mencionado
minimalista, un rodaje (en todo momento los actores enfundados en trajes que
impiden el contacto físico y uno imagina el esfuerzo técnico al rodar por el
reflejo de cascos e incomodidad evidente), una puesta en escena modesta y
honesta, pero excesivamente subrayada... Creo que el problema reside en los
guionistas, con esos diálogos imposibles, ridículos, sobrexplicativos, esas
acciones inverosímiles en ¡astronautas!, ese intento desesperado de conectar
con la audiencia (no creyendo en su propia propuesta o, a lo mejor, incapaces
de ir más allá) cayendo en el costumbrismo más cutre y chillón, no sé, es como
si ellos mismos se infravaloraran al mismo tiempo que director y equipo
creyeran en la seriedad del proyecto. En Hollywood, con sus (injustos, sí)
tests ante público previos a su estreno, hubieran rodado de nuevo gran parte
del metraje, eliminado secuencias de ¡baile y canto! o, directamente, llevarla
discretamente a alguna plataforma. Prometo que me cuesta escribir esto, por
mero respeto a un trabajo arduo, pero hay que verla para creerla. Y más en un
cine repleto de entusiastas, para lo bueno y para lo malo, espectadores. Si
fuera una apuesta decidida por una comedia kitsch, uno la aplaudiría
enfervorizadamente. De hecho, una vez vista, uno ve su cartel y ya lo encuentra
risible. Una pena.
Añádanle una IA puñetera, encuentros fortuitos con japoneses (¡en la luna!)
y divagaciones que se hacen normalmente en una terraza de bar con cervezas y
tendrán una idea de si merece ser vista o no. Las lágrimas que, decía el
director, no pueden ser acariciadas o consoladas por sus personajes, se
convierten por momentos en lágrimas cómicas. Y, créanme, no he hecho sangre
innecesaria.
2) BODEGÓN CON FANTASMAS (de Enrique Buleo, España, 2024) ***
Ésta, sí, comedia costumbrista y rural regala entretenimiento y sonrisas a
través del esperpento, surrealismo y humor negro. Imposible no compararla (y
sale perdiendo en este caso, claro) con el cine del añorado José Luis Cuerda,
del mismo Berlanga, del cine y series televisivas de Cavestany (que aquí ejerce
de productor), con propuestas de Chema García Ibarra que pasaron desapercibidas
("Espíritu sagrado") o la reciente "Tierra de
nuestras madres" de Liz Lobato, también injustamente recibida. ¿Hay
espacio comercial todavía para el fantástico cotidiano y mundano en ese
pueblecito manchego representante de la España vaciada?. A uno le gustaría
creer que sí, porque la ópera prima de Buleo merece la pena. Pero, francamente,
después de su anunciado estreno en salas el 15 de diciembre, temo no se
interesen por ella ni plataformas de streaming ni que siquiera tenga una
edición física. Pelis que son recordadas con cariño por su sólo pase en Sitges.
La película trata con cariño a los personajes estrafalarios que conviven,
entre iglesias, cementerios, curvas donde vuelcan camiones con alimentos y
ouijas bordadas a mano, con fantasmas reales. Exactamente, un reflejo
fantástico de esos pueblos vaciados. 5 episodios que comparten espacio e
intérpretes, muchos de ellos amateurs (esa impagable y ampulosa alcaldesa). El último,
impagable, protagonizado por dos pícaros que buscan abusar de una,
aparentemente crédula familia, contiene dos an-to-ló-gi-cos gags protagonizados
por el felizmente recuperado Pepe Carabias. Lo que tiene en común este formato
episódico es la naturalidad con que se enfrentan los protagonistas a lo
sobrenatural y lo absurdo.
Y no crean que se apuesta por lo banal, al contrario. Sin ánimo de
pontificar, y debajo de las capas de humor, el director y guionista apuesta
atrevidamente por tratar temas como la falta de fé (el cura don Manuel,
interpretado por ese comediante estupendo que es Eduardo Antuña, al que piden
ayuda unos espíritus cuando el Vaticano suprime el purgatorio), la
discriminación sufrida por la comunidad LGTBI en sociedades cerradas (Tere, que
vive en la oscuridad y sus vecinos creen está en perpetuas vacaciones, decide
salir a la luz cuando su fallecido padre le pide una lápida que le distinga
como mujer), la soledad de los ancianos (Flor, que para paliarla sigue los
dictados de un programa paranormal que es un engaño), la actual conspiranoia y
el dolor de los que cuidan a enfermos crónicos (Paqui intentando acabar con su
marido cuando este tiene un plan para estar juntos para siempre), ese ya citado
episodio donde la familia de Carabias busca contactar con sus hijas fallecidas
(con una excelente parodia de las caras de Belmez)...
Y todo sin reírse de esos pueblos y gentes ni caer en la tentación de
mostrarles incultos o ridiculizarlos, todo lo contrario, si se ríe de algo es
de nuestros prejuicios hacia ellos. Jugando de igual a igual con esas
repetitivas comedias hispanas (¿es lo que queremos?), sin complejos, apostando
por la autoparodia, el humor inteligente sobre rarezas cotidianas y sketchs
casi chanantes (palabras mayores).
Le deseo la mejor de las suertes, que intuyo necesitará. Una peli episódica,
que recoge la tradición de nuestros antiguos relatos de ultratumba y que me
atrevería a decir recibiría el aplauso de Valle-Inclan. Una peli que nos enseña
que la muerte es algo muy real y que hay que compartir la vida con ella de una
forma lo más natural posible, sin aspavientos y con una mente abierta al ¿más
allá?. Créanme, en su modestia, se esconde un film que les hará sonreír mucho.
En mi entorno más próximo, cautivará.
(Y seguiremos)
Rueda de prensa equipo "Luna" |
Siempre han hecho buenas pelis fantásticas en Spain..desde Jess Franco, las pelis d Naschy, Chicho Serrador (Stephen King se copio sus chicos dl maíz en Quien quiere matar a un niño) , lo k pasa es q no tenían recursos y ni pueden comprarse con las d USA
ResponEliminaHola querido Koto. No, si he de comentar aún Una ballena, Daniela Forever, muy dignas aportaciones del cine patrio al fantástico y, en mucha menor medida, Apocalipsis Z.
EliminaLo de los recursos no es excusa. Tampoco se trata de contestará Matrix. Por ejemplo, la de Chicho que comentas es un clásico universal reconocido...