BIENVENIDA Y CIERRE (Sitges'24)
1) PRESENCE (de Steven Soderbergh, EEUU, 2024) **
O cuando la forma se come el fondo. La película que inauguró el certamen
venía precedida de una campaña acerca del miedo que suscitó en el Festival de
Sundance y la expectación de ver lo último de su prestigioso director, el
siempre inquieto y prolífico, Soderbergh ('Contagio', 'Erin Brokovich',
la generacional 'Sexo, mentiras y cintas de video'). Al guión, David
Koepp ('Parque Jurásico', 'Mision Imposible' o el 'Spider-man'
de Raimi) y, como gancho en el reparto, Lucy Liu. Las primeras críticas
llegadas desde EEUU hablaban de una nueva manera inmersiva a la hora de narrar
la enésima historia de casa encantada / fantasma en tu hogar. Dicho ésto, uno
pensaba en la poética 'A Ghost Story', la soledad de un fantasma, con sábana
blanca incluida, buscando su destino sin poder salir de la casa donde habitó en
vida. Pero no.
La trama, convencional, no se distingue de otros films del
subgénero: una familia, padres y dos hijos se muda a una casa y descubre
que hay un fantasma. Lo diferente en la propuesta de Soderbergh es que la
historia está contada desde la perspectiva de la entidad sobrenatural que
intentará ayudar, a su manera, a la hija traumatizada por el suicidio de su
mejor amiga (el resto de la familia tiene sus propios problemas a resolver,
ignorando a nuestra dañada adolescente). Además de dirigir, el
director es el responsable de la fotografía como acostumbra, así que se
puede decir filmó la película como si él fuera el fantasma. Filmada en tres
semanas, todo acontece (menos el plano final) dentro de la nueva casa de la
familia Payne, evocando el reciente confinamiento.
Pero el auténtico virtuosismo y audacia del film consiste en cómo está narrada:
A través del uso ininterrumpido de larguísimos planos secuencia, rodados
rodados con un impactante gran angular / ojo de pez con una pequeña cámara
digital (creando una especie de óvulo en la pantalla, distorsionandose los
contornos) que recorren la gigantesca casa, separados por breves pausas en
negro que dan paso y conexión a los diferentes momentos lineales que lo
construye. Evidentemente , ésto confiere a la historia (la de la familia muy
trillada en realidad, cada personaje lidiando con su propio dolor o gelidez) un
ritmo pausado, ya que esos planos son narrados desde la perspectiva del
fantasma en vista subjetiva, por lo que se convierte, de facto, en el verdadero
protagonista de la historia.
Sin embargo, y a pesar de su forma innovadora, la historia no acaba de
enganchar, carente de planos cortos o detalle, se hace fría y distante, quizá
algo buscado por el propio director por la naturaleza del 'narrador'. Y sí,
sugiere que las cosas verdaderamente peligrosas de ésta sociedad son las más brutalmente
corpóreas (como los abusos) que las fantasmagóricas. Y la elección del título
es brillante: la no presencia del marido para su mujer, que a su vez no está
presente para su hija. El único 'componente' de la familia que quiere -porque
contempla desde su invisibilidad esas ausencias -estar presente para ayudar es
nuestro particular fantasma. Así, los movimientos de cámara nos ayudan a
entender su psique y emociones. Fíjense, en una historia que pretende contarnos
la distancia e incomprensión entre una familia, el que de verdad es el único
personaje empático es la presencia fantasmal. Lo que tendría mucha enjundia si
fuera buscado, pero su guión, con ese último tercio desconcertante donde se
sobreexplica todo, con esa familia exasperantemente estereotipada hasta el
final, donde se abandona la anterior sutileza, donde la profundidad emocional
desaparece... pues me hace sospechar que lo menos desarrollado de la película
es su clímax. Que lo que pretende el célebre director es epatar en la forma y
no cuidar el fondo. Así, el film se me antoja desaprovechado y con un cierto
freno de mano final que desaprovecha su, en principio, audaz propuesta.
2) NUNCA TE SUELTES (de Alexandre Aja, EEUU, 2024) ***
Y la clausura del Festival fue la ultima peli del director francés Aja
('Infierno bajo el agua', 'Alta tensión', el remake de 'Las colinas tienen
ojos'...), cada vez más a gusto trabajando bajo los estándares estadounidenses.
Éste thriller de terror ha sido estrenado recientemente en salas y está
protagonizado apenas por tres personajes, madre (Halle Berry, también
productora) y dos hijos, aislados en una cabaña en el bosque.
Parece el fin del mundo. La madre les advierte a sus hijos sobre un mal
sobrenatural que acecha fuera de su hogar, una entidad cambiante que solo ella
puede ver y que amenaza con poseerlos con un simple contacto. La cabaña,
mediante rituales ejercidos por el abuelo materno, está a salvo de ese
"mal" que acecha. A través de unas largas cuerdas con raíces en el
sótano de la misma, la familia, atada a las mismas lianas van a cazar para
poder subsistir, aunque los animales escasean y, como siempre amenazaba una
serie ya lejana, se acerca el invierno. Bebiendo de 'El bosque' (mucho)
o 'Un lugar tranquilo', se plantea una pregunta: ¿el referido
'mal' es real o sólo es una manifestación de los traumas y paranoias? (quizá
heredados de sus propios padres). Esa ambigüedad planea sobre todo el film (con
constantes referencias bíblicas: la serpiente, el fruto prohibido, el Edén...).
Berry avisa a sus a sus hijos esa entidad sobrenatural puede tomar la forma de
personas conocidas, como su abuela y padre. Sin embargo, en una preciosa
metáfora sobre "atar en corto" y sobreproteger a los niños o dejarles
saltarse poco a poco ese cordón umbilical materno, Nolan, el hijo mayor,
empieza a cuestionar la realidad de esos temores después de varios momentos en
los que no sucede nada a pesar de estar "libre de ataduras". Su
hermano menor, Sam, sigue creyendo fervientemente en su madre, lo que causará
un enfrentamiento entre ellos, todo adezado de rituales de purificación y
mantras repetidos como oraciones.
Así, lo mejor del film reside en la exploración y los efectos a tus seres
queridos del miedo y la esquizofrenia, sobre la protección ante el mundo
exterior, el simbolismo religioso como dogma y la inevitable relación con tu
entorno. La película reflexionará sobre esas preguntas, pero no ofrecerá
respuestas fáciles, en un final tan abierto, ambiguo y, porqué no decirlo, un
poco tramposo, que seguro llevará a debates y consultas en el Google sobre
"finales explicados", aunque sean contradictorios. El resultado es un
cuento que pasa de Caperucita a Hansel y Gretel, sumamente entretenido que
funciona como una inversión de casi todos los slasher rurales norteamericanos
vistos hasta ahora, con una muy competente Halle Berry capaz de
llevar todo el peso interpretativo hasta la mitad del metraje, con mirada
cansada, turbada, desviada, capaz de todo para salvaguardar a sus hijos,
pequeños y muy eficaces actores que protagonizarán todo el trama final
(siguiendo los dogmas y cuentos, recreando el mito de Caín y Abel).
Y no crean que se trata de un film complejo, no, todo está narrado de forma
eficazmente sencilla, jugando con todos los recursos del género: sustos,
subidas de sonido y golpes de efecto / giros para mantener la tensión. Aja, sin
prejuicio alguno, no pretende ser pretencioso ni 'vender' algo más profundo. Su
película es, parece y te asombra como lo que es, una obra de terror resuelta
por manos expertas. Y no sé si debo hacer constar como en su debe y haber que
todas las respuestas que ofrece al final es "ROTUNDAMENTE SÍ". Es
decir, da suficientes motivos y razones a todas las teorías que el espectador
proponga o tenga, en un acto que tampoco sabría decir es sumamente cobarde o un
tour de force atrevidisimo. Vamos, que contenta por igual a partidarios
imposibles de conciliar sobre la educación de los hijos, los valores religiosos
como salvación o confusión, sobre la fe inquebrantable o la aventura de
experimentar por tí mismo, sobre la duda o el fanatismo, sobre la enfermedad
mental o los elementos paranormales... Dejo a juicio del lector si ésto es una
pirueta narrativa feliz o confusa. Y que la vean si tienen oportunidad, merece
la pena.
En todo caso, Aja se encuentra muy cómodo jugando a aprovechar al máximo los
pocos elementos disponibles, un bosque de árboles retorcidos, una linterna o
una soga extendida que, inevitablemente, se ha de cortar.
(seguiremos, sí, hay muchas cosas que decir y descubrir)
Foto final: Alexandre Aja y un hijo de madre sobreprotectora
El cartel de la presencia sta bien, así como q sea el padre un "ente" más "transparent" q el fantasma. La d nunca t sueltes también se asemeja a la peli d BirdBox A Ciegas ( recomendable)...lo k mola es q a lo mejor no existe ese mal y es cosa d la madre (como el bosque (aki ya es una comunidad), o Babadook(también madre)). Muy buenas criticas
ResponEliminaHola, querido Koto.
EliminaBueno, si te refieres al cartel de Presence, claro, toda la familia están vistos en negativo como si fueran ellos los entes (el padre es el más comprensivo).
Y en cuanto a Nunca te sueltes... Es que el final del film dice que sí a todas las opciones!!!!! Vamos, que corrobora cualquier teoría, como decía en la reseña, no sé si una opción valiente o cobarde. Por ejemplo, para mí SPOILER - Una foto Polaroid final me sugiere que el final por supuesto que existe, pero después de pensarlo bien, a lo mejor sí existe sólo para quien cree en él - FIN SPOILER.
Así que puedes pensar en cualquier explicación...
Cuando digo "el final" existe me refería al "mal"
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