EL BUENROLLISMO: LA INVITACIÓN (2015)
The Invitation es una película de terror estadounidense de 2015 dirigida por Karyn Kusama y escrita por Phil Hay y Matt Manfred. Modesta, sin estrellas y sumamente inquietante. La vi, por supuesto, en Sitges. Y me impresionó.
Un hombre y su nueva novia reciben una invitación para ir a una lujosa mansión en las afueras para una reunión de viejos amigos que llevan dos años sin verse. La invitación parte de su exesposa, casada de nuevo. Ambos sufrieron la pérdida de su hijo único.
No, no tiene nada que ver con "Los amigos de Peter" o "Reencuentro".
A lo largo de toda la película, hay una cuestión que planea todo el rato sobre las interacciones de los personajes, y que básicamente simboliza la forma en que nuestra sociedad asume el dolor y la pérdida. ¿Tienen razón la ex mujer y su nuevo marido cuando dicen que el sufrimiento es opcional y que se puede superar absolutamente todo, o tiene razón él cuando trata de expresar que la superación completa y el no-dolor es una falta de responsabilidad y de autoengaño frente a la pérdida del ser querido?
La película, como vemos al final, se decanta claramente por la segunda opción, y pone el dedo en la llaga de esa filosofía tan de moda desde hace unos cuantos años de verlo todo con "positividad". Lo vemos en las tazas, en las camisetas, en los anuncios, en las libretas: todo es maravilloso y todos somos geniales.
Pues no. No todo tiene un lado bueno, no, el dolor no es siempre evitable (y los que afirman evitarlo quizás simplemente se estén autoengañando y enterrándolo más hondo, tal vez con ayuda química), no, no sirve de nada sonreír como una marioneta todo el rato y pintar los problemas con una capa de purpurina rosa.
Yo lo llamo "la dictadura del buen rollo", porque por culpa de esta moda, para determinadas personas, ya el solo hecho de quejarse de algo y reconocer que no todo es maravilloso es visto como algo "tóxico". Y está claro que tampoco nos podemos ir al extremo contrario y anclarnos en el pesimismo absoluto, donde lo único que hay que hacer es quejarse y no tratar de cambiar las cosas. La tristeza es parte de la vida, y el quejarse y hablar de las cosas que nos duelen es también una manera de encauzarlas de alguna manera, de reconocer su existencia y tratar de convivir con ellas.
El film nos habla de temas profundos, hace una reflexión sobre el dolor anímico, sobre la depresión por una gran pérdida, sobre el cómo afrontarla, sobre echarnos la culpa, sobre los recuerdos que nos asfixian, sobre la fragilidad de nuestras almas, sobre seguir en la lucha diaria, sobre la paranoia, sobre la negación del dolor, sobre las comunas de autoayuda, y sobre todo sobre la vida y la muerte.
Durante siglos, el ser humano encontró alivio ante el trauma en el poder de sedación de la religión, desplegado en doble vertiente: la del apoyo de la comunidad, la de la promesa de una vida más allá de la muerte. Sin embargo, en época fundamentalmente agnóstica, atea o de creencias poco labradas y nada practicantes, se abre camino otro tipo de apoyo y consuelo supuestamente más acorde con tiempos corren: el de las reuniones de afectados (de la que no dudo su buena intención, por supuesto, yo mismo lo hago), el de la catarsis en comunidad, el de gurús de la autoayuda, el de religiones 2.0, con su marketing y su publicidad, el de las sectas.
Así, se me antoja el mensaje de Kusama, como una severa crítica al individualismo que domina la sociedad actual, disfrazado de una hipócrita corrección política, que tacha de loco (u otra cosa que acaba en “-ista”) al primer díscolo que osa pronunciarse contra esta perversa dictadura del pensamiento.
El, aparentemente paranoico, protagonista que encuentra a su exmujer totalmente cambiada y aparentemente feliz descubrirá una terrible verdad con giro final incluido.
Excelente film. Y honesto. No neguéis nunca vuestro dolor, aunque a veces esté mal visto quejarse.
Anna
ResponEliminasigo 'nomal
ResponEliminaYa me enseñarás a manejar mejor la técnica bloggera. Es un tema muy denso y discutible.cuando ell dolor de hace insoportable es muy facil caer en el autoflagelo
Hola Anna! Pues os pondré la peli para debatirlo!!!!.
EliminaY si, la culpa es un factor muy importante en el dolor que sentimos. Culpa que a veces desemboca en el autocastigo. Sin contar en la educación, creencias y lo vivido que lleva a ello, también hay que saber perdonarse. Pero hemos de aceptar que no todos estamos preparados para ello.
No la he visto. Me la apunto.
ResponEliminaTenemos derecho a quejarnos cuando hay motivo. Y a estar mal cuando hay motivo. Quien no lo entienda es directamente imbécil.
Hasta tenemos derecho a ser unos amargados. Eso sí, se paga un peaje; la soledad.
Kisses, JM
Hola Pili! No sé más que decirte que tienes toda la razón. Hay que hablar de tus sentimientos, dolorosos o no. Hay que escuchar. Y no hay que dejar que nadie te diga cómo has de sentirte. Si, las personas queridas te pueden aconsejar y acompañar. Y una persona en principio extraña puede aportar nuevos puntos de vista. Pero huye de aquel que te interrumpa y diga "pues yo...". Hay mucho egolatra indeseable que cree siempre sufrirá más que tú en lo que sea
EliminaHoy precisamente viendo conocidos, me preguntan q como voy y como stoy....contesto "sobreviviendo" y se extrañan...xq esperaban la típica respuesta "bien, guay,etc.."...y eso q no digo nada special...si comentas "mal" "trist", "desanimado"..ya t tratan como un paria....q les den!!!
ResponEliminaHola Koto, que es el más tajante. Sobrevivir no es vivir, eso has de tenerlo claro. No hay goce en la supervivencia. Cuando a mi me preguntan, suelo decir "no sé qué decirte", y es la verdad a menudo
EliminaEl dolor es un gran tema a tratar y desde mi perspectiva creo que hay que sostenerlo pero no agarrarlo, pues se convierte en sufrimiento y de ahí es más difícil salir.
ResponEliminaMuy acertados tus comentarios sobre el happismo casi obligatorio que impera. Por desgracia el dolor ajeno resuena con el propio y has de conocerte muy bien para acompañar a alguien que pasa por un mal momento. Quizás por eso la gente huye cuando eres honesto con tu estar al preguntarte, cómo estás?. Ánimo a todos los que son capaces de reconocer su dolor y aún así seguir funcionando como buenamente pueden.