BICHOS RAROS
Cecilia es una mujer llena de vitalidad y entusiasmo, una persona que te
gustaría formase parte de tu vida. Empática, inteligente, divertida, aquel que
la conociera era un suertudo. Desde el bajo en que vivía, ascendia energía
positiva que llenaba el bloque. Le gusta correr, ir a la playa y el yoga. Le
gusta cuidarse. Y ver dramas clásicos Hollywoodenses. Tenía amigos/as fieles y
repetía, algunas veces con convicción, que aborrecía esos niños maleducados y
cuellicortos. Le encanta, al final de sus pequeños maratones, subir y bajar las
escaleras de su bloque. Aunque viva en un bajo muy cuco, acababa conociendo
bien a sus vecinos. También tenía, como humana que es, y debido a un pasado muy
duro, carencias vitales. Como su miedo al compromiso, aunque lo desease en el
fondo. Ese pasado tormentoso hacía más auténtico su carácter extrovertido. Es
una luchadora.
Fernando vive en el primero del mismo bloque. Un hombre tímido, inseguro,
con una madre absorbente que vela todavía por él, le trae tuppers con comida
sana y fruta para que mejore sus hábitos alimenticios. Es un delineante que
tardó su tiempo en tener su propio piso. Afable y cariñoso, quería dejar de
fumar, pero necesitaba motivación. Y desde luego el ejercicio físico no era una
de sus aficiones. Porque hobbies tenía muchos: los tebeos (que su madre en sus
continúas visitas intentaba tirar porque ya era mayor para ellos, aunque en una
especie de juego madre/hijo él los recuperaba cerca de sus contenedores de
basura), el cine fantástico - sobre todo -, melómano, los videojuegos... Esas
aficiones, para los reduccionistas eran infantiles, lo que le convertía en un
moderno friki. Sus amigos de toda la vida compartían sus pequeños vicios y sus
reuniones en su casa se convertían en pequeños desfiles de camisetas negras con
motivos de superhéroes. Fernando anhelaba en secreto un cambio, una ampliación
de caminos en su vida. Sus amigos estaban tan cómodos en sus rutinas... Y él
era mucho más sensible y melancólico que ellos.
Un día, Cecilia, consciente de que los tebeos casi nuevos enfundados en
bolsas de plástico que encontraba a veces tirados al lado de los contenedores
en una gran bolsa de la que sobresalía alguno, decidió recogerlos para
devolvérselos a su vecino. Aún cansada del footing, al cogerlos se cayó una
foto de uno de ellos. Una foto antigua donde se veía a dos jóvenes en un cine
de los de antes viendo una peli. Filas enteras les separaban.
Esto, queridos lectores, es el principio de una idea de mi querida compañera
Pili que desemboco en un guion para un cortometraje. Caracterización de
personajes que, supuestamente sin conocerse, necesitaban pasar página.
Necesitaban ayuda de otra persona. Luego pasan "cosas".
Saben que un guion lo es todo para cualquier producto audiovisual. El viejo
y famoso dicho, de un buen guion puede salir un film bueno o malo, de un mal
guion o mal desarrollado sólo puede salir un mal film.
Claro que hay muchas fases para que ese guion cobre vida. Preproducción,
localizaciones, casting, un equipo, un director que se ocupe de la puesta en
escena y sería lo mejor que colaborase con el / la guionista para posibles
cambios en la historia, montaje, música, postproducción... Buff, un montón de
detalles. La elección de los actores, por ejemplo, es fundamental, casi tanto
como un director, sino más, aseguraban grandes cineastas.
Pili está muy orgullosa de su historia (el mundo se compone de ellas) y
seguro un día cobrará vida. A veces uno descubre un pequeño don a cualquier
edad. Ella ha descubierto que puede narrar por escrito y oralmente, qué
envidia. Y que se puede trabajar con ella y pasárselo bien, que de eso se
trata. Y escuchar, y aceptar cambios, por supuesto. Porque el cine es un
trabajo de equipo, lleno de impoderantes, además. Pero también creo que uno ha
de ser fiel a sí mismo y ser capaz de darse cuenta de que puede pasar que la
historia quede tan desvirtuada que ya no la reconozca. Eso no se llama orgullo,
se llama honestidad.
Lo primero es una historia. La mía, la tuya, las que te rodean. Entras en un
bar y cada mesa esconde varios buenos guiones. Hay que observar e imaginar.
Abrirse a los demás para que ellos también te cuenten victorias y derrotas.
Sé que existe una biblioteca de libros imaginados pero no escritos y de pelis
con guion no realizadas. También sé que Pili ha descubierto y aprendido muchas
cosas que lleva dentro y un guion que todavía no ha de ingresar en esa
biblioteca imaginaria.
Yo he podido aprender de ella y tener el placer de ayudarla en su empeño
contagioso. Muchas gracias.
Quisiera que todos nuestros compañeros del proyecto inacabado leyeran este blog para que pudieran sentir todo el entusiasmo y el cariño que pusimos en ese puñetero guión. Jajajaja!
ResponEliminaEn fin, quizás algún día se pueda llevar a la pantalla y todos estemos orgullosos del trabajo realizado. Tan orgullosa y conmovida como estoy ahora yo de verlo plasmado en estas líneas gracias a tí. Agradecimiento infinito!
Cada día y en casi todos los lugares pasan cosas e historias. Para llevar a la pantalla la historia d Pili el mejor es Juanmi. Cualquier tema relacionado con el cine es el ideal para ellos.Hasta fue un superhéroe. Salu3 a tod@s
ResponEliminaAnna
ResponEliminaMe gusta mucho todo el texto pero especialmente la descripción de Cecilia
Koto me quiere mucho! Pero si, he llegado a ser un superheroe en un mediometraje (hoy el pantalón ajustado ya no me cabe).
ResponEliminaAnna, es que Cecilia te ha de recordar a la fuerza a su creadora.
Y Pili, mucha gente está superorgullosisima de ti. Y de las sonrisas que te sacó tu guión.
Juanmi tiene que ser Fernando, no concibo a nadie más como protagonista.
ResponEliminaCecilia tiene mucho de mí y de quien me gustaría ser.
Muchísimas gracias por vuestros comentarios, Anna y Koto. Un placer!
Abrazo enorme a todos 🌻