El nido del cuco 19-04-2024

 




COMENTANDO UNAS SERIES GRACIAS A LA BIBLIOTECA ¿plataformas?, eso es de pijos):

HOUSE OF CARDS, el remake americano (HBO) de una serie política británica, con Kevin Spacey (lo tuvieron que matar en off en la 6 temporada cuando le cancelaron por presuntos abusos - sic - de los que salió inocente muy tarde) y Robin Wright. Los primeros episodios, que marcan el tono visual de la serie, están dirigidos por primeros espadas, como David Fincher.

En esta serie vemos los entresijos de la política estadounidense, donde un doble asesino senador sin escrúpulos y manipulando llega a ser presidente, junto a su perfida lady Macbeth de vicepresidenta.

La serie se cree más inteligente e importante de lo que es. Y va de lo verosimil a lo directamente descabellado. Multitud de premios a los actores, que rompen la cuarta pared para mostrar sus pensamientos e intimidades al público, cual monólogo shakesperiano.

La principal razón por la que no termino de conectar con ella es que uno acaba saturado de tanta maldad, de tanto cinismo. No soy ningún santurrón, también es para mí un placer perverso ver como Spacey - Underwood trama sus planes y se sale con la suya. Pero llega un momento en el que te hastía sumergirte en tanta podredumbre, tanta inmoralidad, tanta desesperanza. Acabas harto de escuchar que la democracia es una mentira, que nuestras vidas no son más que juguetes de la ambición de la minoría que realmente cuenta, que somos todos unos imbéciles que bailamos al son que nos marcan. Es muy difícil empatizar con el protagonista, hasta tal punto que te acaba dando lo mismo incluso que termine siendo derrotado y reciba su merecido.

Quizá sea porque intuyo que en la política de verdad no contamos para nada y sí los intereses comerciales, cargos privados y malversación (de esa que aquí hasta se indulta) de esos 'políticos' que no han trabajado en su vida y todo gira sobre el populismo y confiar en la mala memoria del espectador ante tantos escándalos de corrupción. Al menos aquí plagiar una tesis y mentir en los títulos académicos aún molesta, por lo que nuestro país aún podría superarlo (de hecho, el símil patrio, 'Vota Juan', apela ya a la comedia pura y dura).

Conclusion: Vean la primera temporada y huyan después si no quieren pensar que todo el prójimo es un sinvergüenza.

A DOS METROS BAJO TIERRA: El showrunner (creador y artífice) Alan Ball narra en 5 temporadas la historia de una familia que se vuelven a reunir después de la muerte del patriarca. Su empresa? Una funeraria para organizar ceremonias para aliviar a los vivos ante la muerte de sus seres queridos (o no).

Todos los capítulos comienzan con la muerte de un desconocido y con la contratación de sus servicios, mientras los fantasmas de los muertos, sobre todo el padre socarron, dialogando con los protagonistas, alternando números de baile con sueños y deseos. Dicho así, parece una serie fantástica, pero no, es una tragicomedia de la HBO donde vemos la evolución de sus protagonistas, la madre viuda y sus continuos amantes, sus tres hijos y novios/as, la pareja gay de uno de ellos y un latino ambicioso que se encarga de embaldamar los cadáveres.

Del 2000 al 2005 fue una de las eternas nominadas a premios por su exquisito tratamiento visual y la calidad de los diálogos, que iban de lo más trascendente a lo más banal. Recuerden, la muerte irrumpe en sus vidas de manera habitual. Carpe diem.

Problema: Es una serie excelente, pero no tiene miedo en explorar la psique de sus personajes. Y todos tienen abundantes dosis de egos, egoísmo, carecen casi siempre de empatia y la mayoría son carne de psiquiatra (de hecho aparecen varios, cómo no, por sus episodios, algunos recurrentes) por ser incapaces de ser mejores personas. TODOS.

Traumas de infancia, artistas insoportables, secundarios sin aristas, comportamientos incoherentes, jóvenes que necesitan límites, abandonos de pareja traumaticos y absolutamente desalmados... Vamos, aquí la vida es el infierno (o la hacemos así, a veces con problemas absurdos que no pueden llenar contenido).

Me pasa igual que con House of Cards, admiro su valentía a la hora de tratar ciertos temas a principios de los 2000,pero confundo episodios y temporadas porque, en verdad, nada cambia. El nacimiento de retoños, mi única pista para distinguirlo. En España se prepara una imitación de la que, creo, habrá que apartarse.

Conclusión: Fíjense, creo que deberían verla sólo por ver el último episodio de la 5, el mejor desenlace (e inapelable) que veré nunca de una serie, que preparan, un poco precipitadamente, en la segunda mitad de la temporada. Véanla aunque no repetirán.

JUEGO DE TRONOS: No voy a decir nada que no conozcan de las 8 temporadas que componen la serie más vista de las últimas décadas. Obra del escritor más vago de la historia, George Martín, del que jamás podremos leer el final real de la saga, la serie adapta bastante fielmente sus 5 primeros libros (también les da para muchas tramas del 6) para naufragar lamentablemente en sus dos últimas temporadas (que el escritor ha prometido modificará en sus dos libros inconclusos), cuando ya había sobrados recursos y variados efectos especiales.

La obra, que dicen shakesperiana por sus continuos juegos de poder en busca del trono de hierro que gobierna siete reinos, en realidad es una mera recreación de la Guerra civil de las Dos Rosas inglesa, entre las familias Lancaster y York. Aquí, los poderosos Lannister, que siempre pagan sus deudas, y los Stark, los 'buenos' señores de Invernalia.

Claro, todo trufado de ejércitos de zombies que llegan en invierno, dragones, cuervos adivinos de tres ojos (Max Von Sydow!!!), brujas y otras familias que ansian el poder en una supuesta edad media antiquisima llena de espada y brujería. Un Conan para las masas, vaya.

Esta Canción de hielo y fuego sorprenderá a los no lectores de Martín por la muerte sorprendentes de sus (aparentes) protagonistas ya desde la temporada uno. Las múltiples tramas están muy bien hilvanadas y los villanos son muy villanos. El propio Martín guioniza episodios de cada temporada y supervisa el conjunto.

La serie, al principio, apuesta por las tramas palaciegas, los diálogos incisivos y personajes en constante evolución. Y siempre hay un episodio épico, lleno de batallas y cambio de fuerzas (la boda roja, la batalla de los bastardos...). 5 temporadas y media de constantes cambios, en las que temes de verdad por el destino de sus protagonistas y notable en su desarrollo.

Claro que hay quienes destacan por encima de otros, Tyrion Lannister (el personaje más shakesperiano de todos, un Ricardo III con alma y honor), el demasiado bondadoso John Nieve y la reina de Dragones, cuyo desarrollo, por mucho que sorprenda al final a algunos, está muy bien trabajado.

Vamos, si yo seguía podcasts semanales para no perderme sus acontecimientos (recuerden: nunca he tenido plataformas, sí vi las dos primeras temporadas porque las dieron en abierto en A3 a las... tres de la mañana).

Pero, ay, las dos últimas temporadas, como ya comenté, no tienen utilidades, ni interés en cerrar convenientemente las tramas. Hay menos episodios, se gasta más dinero, es más difícil hacer coincidir a los protagonistas y todo sufre una involución molesta (el mismo Tyrion parece ha perdido coeficiente de inteligencia). Hay que darle un final de manera apresurada.

Vamos, si la amenaza real que ha estado presente de forma incesante, el rey de la noche y sus zombies, se soluciona en un sólo episodio (por cierto, el más oscuro, por los malditos cgis, que he visto en mi vida). El destino del trono de hierro arreglado en una media hora, el nacimiento de un nuevo consejo (eso si, memorable chiste sobre la democracia a cargo de Sam, el hombre más 'corriente' de la serie) en tres minutos...de hecho, el nuevo rey resulta ser un autista perdido en sueños de cuervos. Y todo acaba como empezó, lo importante de nuevo es la corrupción y los burdeles (si, hay sobrada generosidad a la hora de cuerpos).

Decepcionante final. Al final, el único que parece tener cierto sentido común es un dragón. 

Conclusión: Una de las series más premiadas de la historia (los jóvenes son los peores actores de todos y los que se los llevan...). Disfrutable, adictiva e inteligente. Lástima de un apresurado y decepcionante final. Confiemos en que Martín acabe, por fin, sus dichosos dos libros, que ha prometido cambios sobre la serie.

Tres y ya. 





Comentaris