El nido del cuco 12-04-2024

 

NO DAROS LO QUE PEDÍS

Hola camaradas.

Voy a seguir aquella máxima de Alan Moore (el que nunca ganará el Nobel) de no daros lo que pedís, si no lo que no sabéis que necesitáis. Bueno, eso decía él. Yo no tengo el talento de su dedo meñique:

1) Pequeña píldora:

Cuando uno se enfrenta a un problema en la vida, su actitud para resolverlo puede ser proactiva o evitativa. Esta última es la forma más frecuente. O al menos para mí lo es porque en el problema más grande que he tenido la he adoptado. Para sobrevivir. La evitación es una estrategia de autoprotección contra la ansiedad que genera ese problema. Pero a su vez es una conducta desadaptativa, es decir, no resuelve nada. Enquista. No ayuda a crecer como persona, ni aporta al crecimiento de la sociedad. Ni a los que lo sufren como yo. Es un querer parar el tiempo para no seguir sufriendo, olvidando aquello que pueda hacerte avanzar porque no quieres, no puedes hacerlo. No lo puedes evitar. Y si te enfrentas a ello sabiendo te asiste la verdad, aguantas un número limitado de golpes. ¿No es así, papá?

Hay varios mecanismos de evitación, entre ellos está el pensamiento evitativo, en el que la persona que tiene el problema construye argumentos propios para evitar pensar en la solución real que requiere. Pero cuál es la solución?. Demuestras tu inocencia, recoges informes neutros y favorables, pero todo empeora sin que lo preveas. No hay solución. Sólo queda pasar página.

Pero para un friki como yo pasar página significa perderme el último tomo del Born Again. Abandonar lo que más quieres y necesitas y pasar a otro tebeo peor y más insulso porque ya has saboreado las mieles de la felicidad. Y esta se te ha arrebatado de cuajo. Mi hija crecerá pensando soy un doble maltratador. Crecerá odiándome. Crecerá en una mentira. Cómo en el hombre que mató a Liberty Valance, se imprimirá la leyenda mentirosa.

Por eso no puedo (no quiero) adaptarme ni quiero evitarlo. Sólo luchar hasta que no quede nada más. Sobrevivir. Lo demás no importa. Nada. Alan Moore ya no escribe cómics. Benedetti no imagina poemas. Ford ya no filma en el Monument Valley. Elvis no vive semioculto. El Barcelona no tendrá castigo a su corrupción por un directivo del equipo que llegó al Cnd (hecho probado para los que les han roto un relato falso). Volverán a hacerlo y nos llamarán colonos y escorpiones con impunidad. Ya no hay motivos para creer. Sólo veo la maldad e injusticia.

2) Píldora de cowboys:

Hay que ser valiente para afrontar un problema en general, y hay que ser muy valiente para afrontar el problema de la desigualdad en la justicia (para los inocentes, que es lo peor que puede hacer esa justicia) en particular. Quisiera dar testimonio, pero no sé atreven a oírlo ni publicarlo. Hay muchos culpables, para qué tratarte de forma distinta? Que se preocupen otros que llamarán negacionistas. Que se expongan otros a los que acusaran con estadísticas a medida.

Qué no te crean ni profesionales. Que te juzguen. Que te prejuzguen. Que te escondas. Paga y no reivindiques. Ganas pero pierdes. Pierdes los años pasados y los que vendrán.

¿Qué más nos dan esos problemas sociales, sean 1 entre 50? Qué le vamos a hacer si el mundo está así? Como si nada pudiera cambiar. Como si no se pudiese hacer nada para solucionarlo y tuviéramos que resignarnos a la fatalidad del destino.

Yo quiero evitar el problema y naufragar en él. Hay que ser mezquino para asimilar este comportamiento con una conducta infantil, egocéntrica o provocativa. Leo cómics, pero no soy un niño. No soy egocéntrico porque sólo me importa una persona (antes eran dos) que no soy yo. No soy provocativo porque me da miedo escribir esto y me firmen que eso no pasa. Que no es así. Que miento porque tú no sabes de esto.

Qué importa que la culpable siga con su vida sin molestias, por favor, y el destrozo sistemático de mi alma no importe. Que yo no importe.

Hay que tener valor. Pero John Wayne murió con mi papi. Yo no estoy a la altura de él ni quiero soportar la injusticia que viene por mail un lunes, un miércoles, un viernes. O en una conversación en la que te atreves a hablar del porqué de tu depresión.