EL CIELO LES CEGÓ
Hace una eternidad, en la empresa donde envejecí más de dos décadas, Yolanda
Acero manejaba nuestro particular hilo musical, que consistía en un random
sobre diversos álbums que tenía grabados en el disco duro de su Mac. En la
quinta planta, donde mis compañeros y yo gozábamos de una inusitada libertad (y
responsabilidad asumida), sonaba desde Estopa a Los pitufos.
Lo que tenía más posibilidades de sonar era, por pura estadística, alguna
canción de "Jesucristo Superstar". Y es que teníamos la versión
fílmica, en inglés, la primigenia versión española, la de Camilo Sesto, una
nueva versión teatral en español que traje yo (y que era la que menos gustaba)
y una versión ¡en japonés! de Keita Asari.
Así, cuando nos visitaban otros empleados o cualquier jefe / a (habían
muchos) a veces se quedaban boquiabiertos cuando escuchaban "y ahora qué
hacemos con el nazareno, el gran milagrero, un ídolo es"... Pero bueno,
nos tenían como un verso suelto, un poco frikis, porqué no decirlo. Reconocerán
que no es usual que coincidan en ese gusto concreto varios compañeros / as que
conviven juntos más que con sus propias familias. Así, Yolanda, Josep Maria,
Sergi y un servidor tatareábamos las letras que cantaban (con mucho énfasis)
Judas o María Magdalena, esas modernas estrellas pop. Eran buenos tiempos.
Donde cabía la camaradería, las risas, las confesiones, la comida china y nos
ayudábamos los unos a los otros. Me lo pasaba tan bien al lado de mi compi (más
amigo que compi, que diría Hamlet) Josep Maria y demás que, cuando pude
hacerlo, no cambié de trabajo. Eran días de cinefilia, amores perdidos, Ulises
31 y folletos, muchos folletos. Con una pizca de rock cristiano hippie.
JESUCRISTO, DE QUÉ HA SERVIDO TU SACRIFICIO?
La primera vez que vi la obra sobre el hijo del carpintero fue en el ya
extinto BUP. Seguramente mi amigo Julio podría decir exactamente cuándo. Era en
clase de religión, troceado en dos partes el film setentero. Luego tuvimos que
hacer una redacción sobre la peli, que me dejó una honda impresión, no por las
andanzas de esa Pasión de un Cristo muy terrenal, sino por los anacronismos de
la misma. Así, veía a unos romanos vestidos como soldados yanquis, tanques y
autocares.
Me pasaron desapercibidas entonces las agudas letras, los paralelismos con
la actualidad y la predominancia en el punto de vista del "traidor"
Iscariote (un negro!) y la Magdalena de incierto pasado (una latina!).
Aún no tenía definido el gusto musical, que se decantaría pronto por las bandas sonoras, el country y el rock. También por los musicales made in Broadway. Y sí era un rebelde contra el adoctrinamiento lógico (y leve, diría ahora) al estudiar en los salesianos. Por mi futura fe en las palabras de Jesús (que no milagros ni resurrección) hizo más la peli que mi madre, devota absoluta de la Virgen María (mi mami, que siempre repetía que como una madre, nada de nada). Pero eso sería después de ese primer visionado.
HOY CON TANTOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, HUBIERAS PODIDO LEVANTAR UNA NACIÓN
Ya saben los lectores que el día en que la madre de mi hija supo estaba
embarazada acabábamos de ver una representación de la obra en Madrid (ella no
había oído hablar ni de las 30 monedas de plata, puestas ahora de moda por Alex
de la Iglesia). Y que al cura que bautizó a mi hija, Homero, tuve que
convencerle prometiéndole que le contaría cuando fuera mayor las parábolas de
Cristo en los Evangelios. Y es que su madre era atea, su madrina le discutía la
financiación Iglesia / Estado y su padrino estaba, en ese momento, en una secta
(parafraseando a Moore, acaso no lo son todas?). Y el padre, bueno, el padre no
creía que Jesús era hijo de Dios. Pero, como no había bautizado a nadie todavía
(ni lo volvería a hacer, dado que dejó poco después el sacerdocio para casarse)
y yo mostraba buena fe (no la más adecuada), pues accedió. Y le dije que el
bautizo mejor lo hiciera largo, que explicara concienzudamente los rituales.
Así conseguí el aburrimiento soporífero de la familia materna. De hecho, cuando
invité a mis amigos, en un primer momento pensaron era una broma. Mi papi se lo
pasó muy bien y mejor en la cena que hicimos posteriormente. Mi hija no se
enteró de nada y ni lloró cuando el agua bendita se derramó por su cabecita.
No conseguí le gustara ninguna otra, ni siquiera mi favorita, que podría ser
cualquiera de las que cantaba Judas. Un día, en casa, me dijo que tenía una
idea para suplir los 40 latigazos: cada uno de los actores, con las manos pintadas
de rojo, acariciarían el cuerpo de Cristo dejándole el cuerpo manchado de
"sangre", evitando así la cruel literalidad del castigo. Le felicité
por la idea, le dije que era muy buena guionista y que tendría que cobrar
derechos de autor (de hecho, cada vez que emitían "Hook" de
Spielberg, le pagaba 10€ por ese concepto, ya que un día, más o menos guiada
por mí, desarrolló la trama del film: le decía que su nombre aparecía en los
créditos finales de la versión de su guion que habían rodado en Hollywood, los
que siempre cortaban en TV!). En realidad, su idea del color rojo ya lo había
visto en una adaptación de las muchas que pululan en YouTube. Pero me sentía
maravillado igualmente ante su sensibilidad.
NO PENSÉ QUE CREERÍAN ERAS UN NUEVO MESÍAS
Y una tarde, su tutora me felicitó por su utilización correcta de las
parábolas de Cristo. Mi hija, todo sobresalientes, empleaba, parece ser un poco
egoístamente, aquél "quien esté libre de pecado que tire la primera
piedra" o "no juzgues y no serás juzgado" en alguna que otra
ocasión, sobre todo cuando le convenía. Y luego, las explicaba por si habían
dudas.
Estando de viaje con su madre por Venecia, mi olfato (palabrita de niño
Jesús) encontró la única tienda sobre cine que había en la ciudad, muy
pequeñita y recóndita. Allí adquirí mi versión en DVD del film de Norman
Jewison. Ya se lo dije a su madre por la mañana, que allí lo encontraría.
Antes de conocerla, recuerdo cantar sus temas con David, con Carlos... Antes
de que se me pasara el arroz, quería ser el Laertes shakesperiano y el Judas
hippie. Hoy, me temo, sólo podría ser Polonio o Claudio en Hamlet y Caifas o
Poncio Pilatos en el Superstar.
Hace poco, mi fiel amigo intelectual (entre otras cosas) me dijo no había
pruebas de que Jesús existiera. Sí Herodes o el mismo Pilatos. Al final todo es
cuestión de fe. Y de conocer a otro friki como tú que sepa que Alice Cooper
interpretó al primero, que le pedía un milagro al bueno de Cristo.
Aquel que predicaba "amaos los unos a los otros".
Y esa es mi relación con la obra de Lloyd Webber y Tim Rice. Siempre,
siempre, el YouTube me ofrece una nueva adaptación teatral de la misma. Con
enfoque gay, sólo con mujeres, sólo con negros... Y yo a todas les pongo like.
Porque alguien ha tenido la suerte de cantar "tus adeptos están ciegos,
sólo piensan en tus cielos". Y yo ni canto, ni doy el perfil de Judas. O a
lo mejor sí.
L'autor ha eliminat aquest comentari.
ResponEliminaAhora hacen una serie d TV sobre J.C.Superstar. Dios está en todos sitios
ResponEliminaHola Koto! Jesús está en todos sitios, pero no en la cruz, verdad?.
EliminaYo creo que esta operarock sigue siendo tan moderna y transgresora como lo fue en los 70.
Y sí, Camilo Esto invirtió mucho dinero y esfuerzo en los 4 escasos meses que protagonizó la obra. Y con muchas críticas, por supuesto.