1986
Es 1986 y podría ser ferpectamente el año del que conservo más recuerdos.
Pertenezco a la llamada (por Uri, eran tiempos del Buitre en el Real Madrid)
"quinta del feo", aunque en verdad había en ella un chico muy guapo,
al menos. Siento algo parecido remotamente al amor. A finales de año doy mi
primer beso (en realidad me besa una chica morena muy alta). Bailo con
una chica descalza. Hago cortos con mis compañeros, que me regalan "La
mafia del baile" de Loquillo y Trogloditas (y cambian todo). Conozco a
Reme en casa de Toni Moreno bailando el Shout, para poco después intimar con
Ángeles y Ana. Ya no haré mejores amigos/as. Frade intenta enseñarme a que no
me hagan tapones mientras juega a billar conmigo en la Zona Barcinova. Con mi
primo/hermano Anto aún juego a los madelman. Mi muy joven hermano se abonará al
"Bolero Mix" y "Max Mix II" para escoger el alias de Koto.
Voy con Lourdes a ver "Aliens" y a ella le fascina la marine
Fernández. Ferris Bueller enseña a hacer pellas (término que me enseñaría años
más tarde una chica madrileña) elegantes en "Todo en un día". Eddie
Felson vuelve a vivir en "El color del dinero" y Tarkovsky muere tras
rodar "Sacrificio", un pequeño milagro.
Se reúnen Reagan y Gorbachov en plena guerra fría, algo casi incomprensible
para quien no lo vivió. Felipe González es reelegido con mayoría absoluta y aún
no puedo votar al CDs, con quien me estrenare. El Challenger se desintegra,
Chernobil aún no es una serie de TV y Maradona se erige en Dios (muy)
terrestre.
Como friki, es el año en que descubro que el género de superheroes puede
tratar cualquier tema social y político en una mayoría de edad que había
tardado mucho. En esas fechas Alan Moore acaba su andadura en "Swamp
Thing" y "Miracleman", escribe qué le ocurrió al hombre del
mañana y perpetra en 12 grapas "Watchmen". El término "novela
gráfica", por mucho que se empeñe el bueno de Will Eisner, aún no se
acuña. Siguen siendo tebeos. Y Frank Miller guioniza y dibuja "The Dark
Knight Returns", la definitiva historia de Batman, además de la legendaria
"Born Again" que marca para siempre mi vida adulta (aunque nunca
seguiré sus sabias lecciones de supervivencia). Esta última obra se publica de
forma infame como cuadernillo dentro de la serie de Spiderman. Se edita el
primer volumen de "Maus" y los esbozos del último álbum de Tintin.
Lobezno se convierte en la estrella de los muy populares Xmen. Aún no tengo a
nadie con quien hablar de cómics más allá de recomendarlos a mi hermano.
El vinilo reina con esas enormes portadas y sus fotos interiores. Compro
"Enemigos de lo ajeno" del Último de la Fila, "El último
cruce" de Los Secretos, "Rebeldes con causa" del grupo de Carlos
Segarra y el fundamental "Si el whisky no te arruina, las mujeres lo
harán" de La Frontera, grupo country al que le seré fiel toda mi vida.
Descubro a un showman como Pablo Carbonell en "Los Toreros Muertos: 30
años de éxitos", título fantástico y premonitorio para un disco de debut
(años más tarde, en karaokes, uno canta siempre sus temas). Me fascina el
"Bring of the night" de Sting y Pet Shop Boys lo peta con su
"Disco". El "A kind of Magic" de Queen acompaña mis
recuerdos del Mundial de Basket del joven Sabonis.
Sigo todos los partidos entre Chris Evert y Martina Navratilova porque
quiero triunfe la guapa americana. Eta mata casi todas las semanas y Kortatu
publica "El estado de las cosas".
Leo el flamante premio Planeta de Moix, "No digas que fue un
sueño" (glorioso título), el "Hellraiser" de Clive Barker y
"El médico" de Noah Gordon. Mueren, y lo siento mucho, Borges y
Rulfo. El festival de Sitges ya está presente en mi rutina (y allí veo
"Terciopelo Azul"!!!).
Con mis amigos Pedro y Marcos voy a conciertos de Mecano donde muchos chicos
lloran con "Me cuesta tanto olvidarte". Estoy cerca de conocer a
Amparin, la última pieza del puzzle. Con mi madre tengo múltiples
enfrentamientos y el salesiano Víctor Macua se erige en perfecto villano. La
filosofía aún es importante.
Recuerdo leer sobre el Irangate y pensar que el periodismo de investigación
puede cambiar las cosas, como nos enseñó Lou Grant.
En TV3, aún la tele pública de todos los catalanes, Hotel Fawlty y Els Joves
se convierten en mitos de la comedia tradicional y transgresora. Como tengo un
video Beta, grabo sus episodios. Años más tarde me compraré sus ediciones en
DVD. Pilar Miró es directora de RTVE y me conmueve la serie "Tristeza de
amor" con Landa. Pedro Ruiz bromea sobre El libro gordo de Petete y uno no
lo entiende porque colecciona sus fasciculos. Michael Mann dirige
"Corrupción en Miami" y Bill Cosby es un ídolo de masas.
Me acostumbro
a grabar cassettes a mi gente querida. Baladas, Italo-disco,
Ska y rock. Es el año de himnos como "The Final countdown" de Europe,
"Love missile F1-11" de Sigue Sigue Sputnik o el "Sufre
mamón" de Hombres G. Mi hermano mezcla el "Holiday Rap" con el
"Rock me Amadeus", que muchos años después servirá para halagar al
dr. Zaius. Aparecen los falsetes de Modern Talking y mi particular sexsymbol
Marta Sánchez (y nace Gemma Arterton, sexsymbol ahora!!!). Uno también
colecciona bandas sonoras y musicales como "El fantasma de la ópera".
Aunque, en realidad, escucho mucho a Bordón 4.
Mueren los grandes del cine como Cary Grant, Preminger, Minnelli o Cagney.
Ya cinefilo for ever, aprendo la historia del séptimo arte. Iván Drago se pega
con Rocky, Top Gun tendrá hoy su secuela, Fernan Gómez grita al señorito en
"El viaje a ninguna parte" y se estrena "El nombre de la
rosa" y "El secreto de la pirámide" donde descubro a Sherlock
Holmes.
Es 1986 y vivo intensamente todo lo que pasa a mi alrededor. Se afianzan mis
pasiones. Sé que soy hipersensible y romántico, algo que mi madre advierte
también (para su disgusto, aún no la entiendo). Escribo churros de versos y
ahora sé tendría que haberme apuntado de nuevo a cursos de guitarra. Como decía
Biedma, vine a llevarme la vida por delante. Y, claro, no sabía que el telón de
este teatro también caería para mí.
Con Julio y Uri veo "Hannah y sus hermanas" mientras Encarna
Sánchez, después de García, suena en casa de mis padres a todo trapo. Steve
Martin canta "Soy un dentista" a la vez que una rubia menuda escucha
el "Venus" de Bananarama. Una morena horriblemente guapa ya canta a
La puerta de Alcalá y otra, mucho más joven, decide no hacer la comunión. Aún
no me he acostado con ninguna de ellas y no he pensado para nada en ser padre.
En ese año, me define mejor ser rocker y soñar con interpretar al Adrian Veidt
del reloj del juicio final.
Juego a cartas en el césped de la Zona con Aurelio, Roberto, Clotilde, Lola,
Jose... como haré dentro de 3 décadas con mi hija.
La jota negra en la zona (cartas)......ese año,un disco (azul)q sirvio d regalo d tu cumple d la mamá, xq se lo había recomendado una dependienta dl Corte Inglés d Catalunya,ya q le dijo q era lo k se llevaba ahora, cambio mi vida ....el DiscJockey Mix d Platinas&Ussia....y después vinieron los demás.....por cierto era el Max mix 3,( k le gustaba también a tu compi Antonio Moreno), el 2 era anterior y lo pillé más tard...y si..el bolero mix d Raúl Orellana también....es q lis 80 fue una década d gran explosión d ideas
ResponEliminaO sea que la mama me regaló ese Mix, a mi, casi un rocker, y te cambió la vida a ti! No lo recordaba!
ResponEliminaMarta Sánchez???
ResponEliminaVicky Larraz creó, pasó como estrella fugaz por el mejor Olé Olé. Morena intensa con voz cañera, sexi, trabajada, sin fingimientos. Cometa en mi retina y mis tímpanos. Cara y cruz con su sucesora. Decepción mía cuando el grupo pasó a interpretar canciones que sólo hablaban de seducciones varias, y bailes contoneantes ya menos aptos para las enamoradas de aquella moda juvenil. Olé Olé se me volvió sexista. Blame on them. Bittersweet memories.
Hola! Sí, es cierto todo lo que dices. Vicky bailaba sin salir de casa, y la apuesta posterior por Marta (es Vicky quien abandona el grupo) es una apuesta por una sexsymbol prefabricada y con buena voz, eso sí. Pero es la Sánchez la que despierta mi lascivia, qué le vamos a hacer!!!! 😘
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ResponEliminaMe encanta lo de "perpecto" me imagino que es un crimen... No casualidad!
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