QUEDA UN CABO SUELTO, PAPI
Hola papi.
La vida no es igual sin ti. Se te echa de menos.
Ya no tengo brújula moral ni nadie que me llame cada día a ver qué hago o
cómo estoy. Ahora parece que pasan los días y a nadie le importa cómo los
aprovecho o desperdicio.
No veo pelis clásicas contigo. Ni hablamos del Real Madrid. Ni elucubramos
sobre lo que sentirá o vivirá tu nieta. Los días son más aburridos sin ti. Echo
de menos que me riñas y para nada añoro cuando era yo quien intentaba reñirte a
ti.
Y es que no fui el hijo que te merecías. Supongo que mi hermano fue quien te
proporcionó más alegrías. Recuerdo lo bien que te lo pasaste en su boda.
Y todos los buenos recuerdos que atesoro de ti están relacionados de una u
otra manera con tu nieta. El día en que nació y no nos dejaban verla en la
habitación de su madre. Verte en bañador haciendo de patriarca con ella,
jugando en piscinas que tenían 30 cm de profundidad. Recuerdo verte cargar con
ella después del cole para ir a merendar mientras le colmabas de regalos. No te
había visto nunca tan feliz.
De alguna manera te fallé. No pude evitar fueras víctima de una violencia
que no tiene ni nombre. Femenina? Feminista? De género? Vicaria? No, no, no y
no. Lo triste es ver cómo personas que nos han querido y estado a nuestro lado
siguen pensando que esa violencia no existe porque sólo afecta a "algunos
que no figuran en estadísticas". O que consideran imposible una mujer la
ejerza: "está enferma", dicen para justificar los hechos. O afirman
no causó directamente tu muerte. No, es cierto, sólo la precipitó porque tus
últimos años estuvieron llenos de pena. Una justicia que discrimina por sexo no
es justicia. Una justicia que no contempla la presunción de inocencia por sexo
es una caricatura de si misma. Pero tú mismo siempre decías es cosa de
políticos. Porque la igualdad no es eso. No sé, sólo intento que no insulten tu
memoria como ya te insultaron en vida, un día, durante casi una hora. A ti, un
hombre bueno. Un gran abuelo. No somos "algunos". Tenemos nombres.
Sangramos si nos pinchan.
También echo mucho de menos el poder compartir la pena contigo. Es verdad
que nos retroalimentabamos, pero el amor que sentíamos por la
"pequeña", como la seguías llamando, era idéntico. Y ahora me siento
más solo. Porque mi amor se queda también huérfano.
Ya no hacemos árbol genealógico. Ya no me cuentas leyendas de Romanillos. Ya
no te escucho. No te oigo. No hablamos de Espartaco. Ni de la Rania. Ni de tus
hermanos.
Todo parece más triste sin ti.
Y parece sólo queda la rabia. Esa ira por no haber encontrado un final
cerrado, no rematar esa subtrama esencial para tu historia. Parece sólo queda
el absurdo de la vida sin ti. Abarcabas mucho. Dabas sentido a la lucha.
No se te olvida, papi. Un gran trozo de mí se ha ido contigo. Espero no
preocuparte tanto en tu muerte como en tu vida. Espero puedas descansar en paz.
Que la mama no te riña mucho. Tú reñias mejor que ella, al menos te preocupabas
más de explicar los motivos.
Lo que pasa es que aprender a vivir sin ti es una asignatura para mí más
compleja que el catalán (acabé la carrera con esa materia a recuperar... de
primer curso!!!).
Me es difícil entablar amistades nuevas que no hayan conocido a mi
omnipotente madre. Básicamente porque no creerian gran parte de mi pasado. Si
no te han conocido a ti, papi, qué pérdida.
Alegrabas la vida de quienes te rodeaban. Todo parecía más simple, más
sencillo. Ahora cualquier vicisitud es más compleja. Eras, papá, un narrador
clásico. Como a mí me gustan.
Espero hablarle a tu nieta de cómo luchaste para volver a verla. Esa es la
cuenta pendiente, papi, la trama suelta. Espero veas ese momento. Los tres,
seguro, seremos más felices.
Piensa q sin star la mamá(su ancla y estandarte), supo suplir su soledad con su nieta,y le daba un aliciente (como las pechugitas q tanto le gustaban)..y si..luchó x ella ( y le sigue pagando la zona!!).lastima q se fuera sin verla d nuevo..pero ,como diría Messala, tu carrera aún continua. Gracias x la foto inicial
ResponEliminaHola Koto. Es que la foto del film de Ford también simboliza el fin de un mundo. Y si, la carrera continúa, pero ya sin el árabe y esos caballos blancos tan bonitos y puros
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