EL NIDO DEL CUCO

 


TRES VECES LAURA

Las Bangles enseñan a bailar como un egipcio
David Lynch gana en Sitges
Alan Moore acaba Watchmen
Se emite Els Joves
Desmond Tutu (ah ahhh Desmond Tutu!) es nombrado arzobispo
Nace Usain Bolt, que será Flash

Es el año de nuestras vidas.

Los chicos salesianos reciben por primera vez a chicas en su clase. Todo cambia y todo sigue igual. Uri acuña el término "Quinta del Feo" y nos hacemos una mítica foto (éramos seis!). Me voy de clase para ayudar a una coleta. Invitamos a un cura a una proyección incómoda para él (Xavi le sirve jamón a Freddy). Julio apunta todo, él será el cronista y delegado. Bailamos el Shout. Éramos rebeldes con causa. Hacemos un viaje para visitar arte español y rodaremos la leyenda. En el autocar suena Sade y Dire Straits. Soñamos y bebemos. Churu (la batalla de Midway la gana él) controla no nos cambiemos de habitación. Frade se liga a la hija de Churu. Ricardo y yo haremos  teatro. Todo sucede muy rápido.

SALAMANCA

Estamos en Salamanca. Tengo una cámara pequeña, analógica, claro está. De las de rueda y carrete. Casi nunca salgo en las fotos. No conozco el selfie. Qué bonita es su Plaza Mayor, obra de Alberto Churriguera (es un viaje de estudios, recordad).

Decido que quiero salir en la próxima foto. No recuerdo a qué compañero /a le pido que la haga. Como en ese momento me parece un poco triste aparezca solito en una Plaza tan grande, veo a Laura pasear tranquilamente a mi lado y me atrevo a decirle que pose conmigo.

Laura no formaba (ni formará) parte de nuestro círculo más estrecho de amistades. Cuando rememoremos anécdotas no aparecerá en nuestras conversaciones. No me acompañaría en ningún momento que recuerde relevante.

Y sin embargo posó conmigo en aquella foto. Y la foto, ella sí, me acompañaría siempre. Instintivamente, me cogió el brazo y se acercó a mí. Llevaba un chaquetón negro que hacía juego con su melena morena (en aquél entonces). Me encantan las chicas con flequillo, como ella tenía. En su cuello, un largo pañuelo. Sonrió y se le marcaron las comisuras de sus labios, haciendo su mandíbula más grande. Se le arquearon un poco sus cejas, que siempre parecían tener vida propia. Yo también sonreí, sin despegar los labios. Laura sí que exhibió sus dientes perfectos.

Una chica inteligente y guapa me cogió el brazo y posó conmigo como si fuéramos novios. Sé que pensaréis !qué tontería!. Pero fue la primera chica que hizo eso conmigo, ese friki rocker en ciernes. Recuerdo cómo le dije "gracias, Laura" mientras quise no separase nunca su brazo de mí. De hecho, no tuvo prisa en hacerlo. Alguien me devolvió mi cámara.

Tardé unos 15 días en poder ver dicha foto, la verdad es que un poco expectante (ah, el revelado de antaño, que permitía ese ansia). Y fue un preciso plano-americano, cortado por nuestras rodillas. La Plaza Mayor nos envolvía. La definición no era muy buena, pero el recuerdo fue indeleble.

Aunque no suspiraba por Laura, aunque habláramos muy poco durante ese curso, ella nunca sabría que con un sólo gesto la iba a recordar siempre.

Caray, si hasta se la enseñé a mi todopoderosa madre para mostrarle que sí, existían chicas que se acercaban a mi (me dijo entonces algo así como "mucha mujer para ti").

Era, soy, un chico necesitado de afectos, de gestos. De planos detalle.

Y nos fuimos a la Uni. Laura estudiaría derecho. Yo pensé hacer esa carrera también, influenciado por mi héroe Matt Murdock, aka Daredevil, abogado de día, justiciero de noche. Pero aún no había leído su mejor aventura, el "Born Again", que se publicaría en España tiempo después. Así que, por 8 cómics mensuales que formaron esa saga, no coincidiría más con ella.

Habíamos compartido un momento que sólo recordaría yo. Porque nunca le dije nada al respecto. Mi timidez y baja autoestima, ya sabéis.

 


 

DE NEGRO, COMO EN FORAJIDOS

Suena el "Te quiero igual" de Calamaro
Se publica "From Hell", del genio Moore
Mi amigo friki Xavi ve "Matrix" y le cambia la vida
Nace Sabrina Carpenter, a quien mi hija adorara
Putin llega al poder y a lo tonto, tonto, ahí está, mírala, mírala, la puerta del Kremlin...

Es el año del cambio. Una chica madrileña me practica sexo oral (perdón 🙏) mientras intento escuchar a Sacristán cantar "El hombre de la Mancha" en un teatro. Fijaos cómo le ha cambiado la vida al chico tímido y romántico al que una chica morena le cogió el brazo, allá en Salamanca. A pocas semanas de conocer a la madre de mi hija, vuelvo a ver a Laura.

Fue en un bar / pub elegante. Entré para pedir un carajillo de Baileys y una chica de media melena morena - castaña, enfundada en un vestido negro de vértigo, de aquellos que dejan entrever una pierna de ensueño, me saluda y me invita a sentar a su lado, en la barra. Aquella chica que me cogió el brazo una vez, ponía su mano encima de la mía para preguntarme cómo estaba. En aquél instante volví a ser aquél tímido imberbe de la Plaza Mayor.

No sé qué le conté de mí. Pocas veces había estado con una mujer tan sexy vestida. Me recordaba a la Ava Gardner de "Forajidos", aunque en este caso no mostrase sus hombros. Sí, quizá exagero. Nadie puede ser como Ava. Pero qué vestido lucía!. Cómo se sentó para descubrirme su pierna derecha!. Estaba mucho más guapa que en aquél viaje de estudios. Y apoyó su mano en la mía mientras, seguro, yo desgranaba tonterías.

Me habló luego de su bufete, de las clases que impartía, de cómo se había especializado en no sé qué. Me dio su tarjeta por si un día podía necesitarla. En ese momento fue un poco profeta. Y, cómo no, acabé perdiendo esa tarjeta tan bien diseñada.

No le pregunté si esperaba a alguien. No le conté nada sobre aquella foto que aún miraba. No le invité a tomar otra copa. De hecho, me dijo que pagaba ella cuando le dije que tenía que irme (¿a dónde?).

No le propuse hacernos un selfie. Nuestra conversación giró sobre temas "adultos" y yo, en realidad, seguía siendo aquél friki rocker que jugaba a ser mayor.

Pero, en este segundo instante, me acompañaría ahora el recuerdo de su mano en la mía, mientras sonreía y me enseñaba sus dientes perfectos.

Años más tarde, cuando esperábamos a mi hija, propuse el nombre de Laura para ella. Y en ese momento no recordé para nada a la chica morena de vestido negro (o sí?). Mi hija, finalmente, se llamaría Olivia. 

 


 

UNA FEMME FATALE, EN UN SUEÑO

Suena Katy Perry
Alan Moore ya no escribe cómics
A mi compañero friki Xavi no le gusta "Matrix Resurrection"
Llevo mascarilla que oculta mis dientes imperfectos
He perdido a quien más amo

Es el invierno de nuestro descontento. Veo "Forajidos" en 13tv, en el programa de Garci. Y más tarde sueño.

Sueño con un joven rocker, con chupa de cuero y paraguas, mientras intenta proteger de la lluvia a su novia, que está cogiéndole su brazo. Se llama Conchi y es una buena chica, enamorada, se le nota en sus miradas esquivas al rocker con chupa y paraguas negro. El joven, claro, soy yo.

Se cruza ante ellos Laura, con ese vestido negro. Está igual que en aquél pub. Toca con sus dedos el pecho del joven y le susurra que le llame. Su novia le pregunta quién es. El rocker, impactado, intenta escabullirse de la pregunta.

Fundido en negro. Laura acaricia mi pecho de nuevo y me despierta su suave contacto. Estamos desnudos, en una gran cama. Como en un antiguo film noir, las sábanas no dejan ver ninguna parte impudica. Me susurra al oído y me dice que abandone a Conchi y la siga en algún juego sucio. Como un corderito que sabe le están utilizando, accedo. Y la rodeo en mis brazos mientras la beso. No quiero despertar del sueño. Mi conciencia, dormida, me dice que ese beso no es real. Esa piel desnuda que toca la mía no es tal. Pero quiero seguir a su lado para siempre. Sé que voy a dejar a mi dulce novia y seguirla ciegamente hasta que me deje a mí. Soy, caray, Burt Lancaster. 

Y de una foto a un vestido largo, Laura se introduce en mi sueño. Y, ya despierto, seguiré pensando en ella para dormirme de nuevo y seguir a su lado. Pero no lo consigo.

Y es el tercer instante con ella que atesoro. En cada uno, cogerá mi brazo, tomará mi mano y acariciara mi pecho.

Ella no creo atesore los dos primeros recuerdos y es imposible sepa del sueño. Y sé que si de nuevo la encuentro, no le diré nada de ellos. Pero quizá le pida un selfie. Y estoy seguro que llevará un pañuelo largo del cuello.

Quizá, simplemente, no se acuerde de mí.

Comentaris

  1. Cuál una historia d cine negro, al estilo d Moriría x ella d Sin City...Dwight y Ava

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  2. Preciosos y maravillosos recuerdos, que denotan que, en el fondo, eres un gran romántico.

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  3. Hola Koto!
    Hola Coque!
    Maravillosa tu comparación con el cómic noir de Miller, Koto. De hecho, estoy seguro que no es gratuito la femme Fatale se llame Ava. Existen personas que nos atraen y nos llevan irremediablemente a la perdición, lo sabemos y no podemos resistirnos. Como una adicción destructiva. No sé si has visto su adaptación al cine (con Eva Green como Ava).
    Y sí, Coque. Tiendo a quedarme con los momentos bellos, con las anécdotas bonitas, con los amores perdidos o que ni siquiera fueron amores. Luego la realidad, tozuda, te complica esos recuerdos (o no).

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