El nido del cuco 19-03-2021

 


EL RUIDO Y LA FURIA

Amo a Shakespeare.

Me parece el mayor genio de la historia. Un escritor cuya toda su obra dramatúrgica se sigue representando hoy en día. Dicen, quizá fuentes exageradas, que en el momento en que, vosotros camaradas, estéis leyendo esto, una obra de Shakespeare se está representando en algún lugar del mundo.

Y no me extraña que directores, actores, adaptaciones, sigan interesados en las palabras del genial bardo. Al fin y al cabo William (creo que, como groupie suyo, él permitiría le tutease) hablaba de todas las pulsiones humanas inalterables después de casi 500 años. Pulsiones, pasiones, tormentos, amores, desamores, envidias, celos, ruindad, dudas... Hablaba del ruido y la furia. Hablaba de cómo se ejerce el poder.

Y, quien crea que su obra es sólo para entendidos, decirle que William escribía para el vulgo, el pueblo llano, que eran los que llenaban los teatros del Londres en que escribió casi toda su obra. Teatros que necesitaban obras continuas para representar porque la duración de una obra en los mismos rara vez llegaba a una semana.

Eso explica las abundantes obras que escribió William en un breve periodo de tiempo que podríamos datar de dos décadas, antes de que se retirase y regresase definitivamente a su Stratford natal con su mujer y dos hijos (otro hijo suyo, Hamnet, murió muy joven).
La escritura continúa de obras teatrales, sobre todo en posadas donde cada autor ayudaba a otros, hacia que tramas generales (también basadas en clásicos) y títulos de las obras se generase de una forma colectiva. Por ejemplo, es sabido que su íntimo amigo, el escritor Christopher Marlowe (autor nada menos que de "Fausto") le dio el título de "Romeo y Julieta" y colaborase en la trama general (concretamente el drama en sí, las familias enfrentadas). El verso, las palabras, la magia, las ponía William.

EL BARDO Y EL PUEBLO LLANO

Se sabe muy poco de la vida del Bardo, como se le conoce normalmente. Y eso se ha aprovechado para multitud de elucubraciones y ficciones. Hijo de un burgués caído en desgracia, se casó a los 18 años, vivió casi toda su vida en Londres, tuvo tres hijos y se conserva, la única firma que se tiene de él, su testamento final. 

Sus manuscritos originales, ubicados en el teatro Globe de Londres se quemaron en un gran incendio. Los teatros eran, claro, de madera y, en sus representaciones, el pueblo comía, traía ganado, se celebraban barbacoas y, a veces, se comía y cenaba durante las larguísimas obras. Un "Hamlet" sin mutilar, y con la escasez de elementos que había entonces (actores representando varios personajes, cambios de vestuario, el simular ejércitos, la falta de efectos verosímiles...) hoy en día dura 4 horas y media. Es su momento, se podía alargar a 6 (ah, ese fantasma del padre saliendo de claraboyas bien visibles, sujetado por cuerdas y que provocaba lesiones en los actores...). William, no lo olvidemos, era también actor en su propia compañía, y realizaba adaptaciones de su propia obra si ésta era representada en pequeños escenarios, como las pocas veces que se solicitaba su presencia en palacio o en alguna pequeña gira por pueblos colindantes.

Y es que no habían muchas distracciones en el momento, recordad. De ahí la importancia del teatro para la divulgación de ideas subversivas y críticas al poder. Es sabido que la figura del consejero del rey en Hamlet, Polonio, estaba basada, y era fácilmente reconocible por el pueblo, en un noble real. Al pobre actor, claro, le tiraban de todo. Y a veces tenía que intervenir la guardia real para acallar posibles revueltas.
Hoy, ver o leer, "Macbeth" o "El rey Lear" se asemeja mucho a leer diarios de hoy en que se hable de politicos, poderosos, populismos, conspiranoias y mentiras. Además, el público de William quería obras que versasen sobre los nobles y reyes. Comprobar que eran tan humanos como ellos y capaces de lo peor.

William, así, escribía a la carta. Evidentemente, en la vida de los nobles había más tiempo y recursos para conspiraciones y demás subterfugios que en la vida de un carnicero de la época.

WILLIAM ES UN ASESINO Y ANALFABETO

He visto y leído muchas ficciones sobre la vida del bardo. Algunas amables y edulcoradas ("Shakespeare in love", injusta ganadora de varios Oscars) y otras atroces ("Anonymous", donde se recrea un William puntero, alcohólico, analfabeto, asesino y para nada creador de un sólo soneto). El retrato más ajustado de Shakespeare, a mi juicio, está en su rol de personaje secundario en la mejor serie de cómic de los 90, la celeberrima "Sandman" (donde el señor de los sueños, Morfeo, le otorga su don a cambio de dos obras de encargo, "El sueño de una noche de verano" y su última obra, "La tempestad").

Existe, y de ahí el motivo de mi post, una corriente, una teoría apoyada por actores de la propia Royal Shakespeare Company y otros escritores, llamada "la teoría de Oxford". Y me enerva personalmente por elitista y clasista. Esa teoría, que intenta arrebatar toda autoría al bardo para otorgársela a su coetáneo Duque de Oxford (que buscó un pelele que firmara sus obras por las críticas al poder que contenía) se basa en que resulta imposible que un hombre del vulgo, sin formación superior y que no fuera noble, escribiese tal magnitud de obras maestras, que se mostrara como experto conocedor de los entresijos de palacio y escribiese !!!!sobre sitios donde no había estado como Venecia o la antigua Roma!!!!. Y es que no hay datos de que William viajara más allá de su Inglaterra natal.

O sea, y perdonadme que intente adaptarlo al hoy, yo, que no soy noble ni he ejercido el poder (si tengo estudios superiores pero no en las más prestigiosas universidades), no puedo escribir una obra de ficción basándome en el Rey emérito, el proces, Barcenas o Laura Borràs. Aunque sea con nombres ficticios y esté solamente basada y acabe elucubrando en ciertos casos de corrupción, abusos y mentiras. No, he de ser noble, político, licenciado en Oxford o Villarejo. Hombre...  


 O sea, la cantidad de obras y su calidad en un hombre "llano" no puede ser posible. La misma cantidad y calidad en un Duque, sí.

Pues, en tiempos conspiranoicos, de redes sociales que tratan las opiniones como hechos y de tertulianos y columnistas que son expertos en todo, esa teoría supremacista, si, se extiende como la pólvora. Y hay en juego la autoria total de un escritor.

Que, insisto, puedo entender la suspicacia ante tan magna obra. Yo mismo he indicado la colaboración existente entre diversos autores. Pero, camaradas, yo puedo escribir sobre Venecia y ambientar la obra entre canales (como si "El mercader de Venecia" entrase en descripciones detalladas de lugares...) sin haber estado en ella. Y puedo hacerme eco de los folletines y edictos de la época (y del propio boca a boca, juglares...) para fabular sobre reyes y políticastros que sólo ansían permanecer en el poder.

LEER A SHAKESPEARE

E insisto, las obras de William hablan de pulsiones y pasiones, en realidad. La ambición en "Macbeth", la duda en "Hamlet", los celos en "Otelo" y, en estos idus de marzo politizados que estamos viviendo ahora, la manipulación en "Julio Cesar" (el discurso de Marco Antonio se sigue estudiando en oratoria y derecho)...

Y, por último, quisiera recomendar a todos la lectura de esas obras. He visto adaptaciones a todas las épocas de las mismas, incluida la moderna, cómo no. He visto a pandillas de delincuentes juveniles enfrentadas en una adaptación de "Romeo y Julieta", he visto transcurrir "Macbeth" en bares mafiosos y he visto un Hamlet director de cine cuyo padre tiene la mayor parte de acciones de un conglomerado mercantil llamado Dinamarca. Y todas funcionan si se hacen bien. A algún espectador le puede parecer anacrónico, lo admito, que obras ambientadas en la actualidad se reciten en verso. Pero... cómo cambiar esos perfectos y trabajados versos, por Dios?. Si en esas palabras es donde radica su fuerza...

MI HIJA RECITA A LAERTES

Por último, quisiera señalar que un muñeco de William se convirtió en un gran actor para las obras ficcionadas que improvisábamos mi hija y yo. Por eso, en nuestra visita en Londres, disfrutó mucho de nuestro recorrido por el reconstruido Globe. Allí podías dejar para la posteridad extractos de su obra grabados en audio en cabinas. Y podías escuchar las voces de James Mason, John Gielgud, Richard Burton... 

Mi hija, claro, cogió una adaptación al castellano de Hamlet e hizo de Laertes, al final, gritando "El rey, el rey es el culpable!" mientras se arrastraba señalando al culpable de su muerte. Yo, claro, le había contado la trama, no leído, pero si recitando algunos versos. Bueno, ella ya había visto "El Rey León" en cine y teatro. Y, al fin y al cabo, es una adaptación de la obra, como le decía.

Mi hija se dio cuenta de que ese autor debía de ser muy importante. Y le contó a sus amigas que su voz había quedado inmortalizada para siempre. Por si alguien la escuchara alguna vez aleatoriamente.

Compramos imanes, posters, una efigie de William y otro muñeco del bardo más nuevo (que nunca sustituyó al anterior).


 Además, les tres bessones conocieron al dramaturgo. Y Sheldon Cooper, de su adorada "Big Bang Theory" lo recitaba de vez en cuando, llegando al paroxismo cuando declamaba en !!! Klingon!!! (lengua inventada para una raza de la saga Star Treck, serie de la que el físico era fan).

Si un Klingon podía recitar el Ser o no Ser, cualquiera puede hacerlo, decía mi hija (buscarlo en you tube!). Y así, los versos de William volvían al pueblo.

PD. - Una noche le dije al mismísimo Pujol, que estaba en un asiento delante mío en el Teatre Grec que no, no era un error que Hamlet llevase la famosa calavera durante el monólogo del "Ser o no Ser". Y es que el hombre honrado (que diría Marco Antonio) y su esposa Marta (Lady Macbeth?) no cabían en su asombro. Si no hay calavera pierde mucho, decía!.

PD2. - La calavera, que aparece más tarde, es del bufón que le hacia reír de pequeño, Yorick. La encuentra, claro, en un cementerio. Y Hamlet reflexiona sobre la fugacidad de la vida, estableciendo una imagen icónica. 

 

 

 

 

Comentaris

  1. Por los amigos ausentes y los amores perdidos.....

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  2. Hola Koto! Recuerdo perfectamente ese brindis, pero Morfeo lo realiza con su amigo inmortal ante la disyuntiva de no verlo más, creo que cuando viaja al infierno. Y brindan con una botella ya desaparecida.
    William aparece en el cómic donde Muerte le da la inmortalidad (y a él su don) en el número donde representan "El sueño de..", cuando visita el reino de Sandman mientras escribe sus últimas palabras en "La tempestad" y en el último número cuando Sandman, su amigo inmortal Hob y William se encuentran en el sueño y pasean juntos en la playa como amigos que son.

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