Artista: Leonard Cohen
Álbum: I'm Your Man
Yo no descubrí a Cohen con sus emblemáticas canciones como cantautor, no, yo le descubrí con el disco que le dio una merecida reentree en el circo de las grandes giras.
Le descubrí arropado de sensuales coros femeninas, abundantes instrumentos (con preponderancia del bajo) y un recargado uso de sintetizadores propio de la década de los 80.
Era 1988 y descubrí el disco que nunca perdería en una mudanza, "I, m your man", 8 canciones llenas de lirismo y poesía (cuando la Academia le otorgó el Nobel a Dylan fue porque Leonard y Lou Reed ya habían fallecido, por supuesto).
Era 1988 y Cohen sostenía un platano en la portada del disco. Tal fue su impacto en mi que, en cada viaje a pueblos o ciudades, le imitaba con otro plátano y distintas poses. Me faltaba clase a raudales y ese rictus serio con gafas oscuras. Pero tengo 37 fotos con la banana en cuestión (idea que me robaron distintas bandas en un disco homenaje, "I, m you fan").
Descubrí al Cohen más pop, que recurre sorprendentemente a texturas electrónicas de aspecto frugal, casi casero, dando un contrapunto irónico a canciones con mensajes poderosos, a veces apocalípticos. En su perverso equilibrio de ligereza y gravedad entrega un material consumible en clave de 'hit' y dotado de una turbadora profundidad. Ahí están 'First we take Manhattan' (sonando en el film "Watchmen"), 'Take this waltz' (a partir del 'Pequeño vals vienés' de Lorca), 'Everybody knows' (sonando en el film "Caro diario" ) o 'Ain’t no cure for love', seduciendo y alarmando graciosamente a cada compás.
Si en 'Various positions' podía llamar la atención la utilización de sintetizadores en canciones como 'Dance me to the end of love' entonces podemos calificar 'I´m your man' como todo un shock, acercándose a un disco de 'synthpop'. Con una producción marcadamente 'ochentera' Cohen se saca de la manga la segunda mejor colección de canciones de su carrera, completando a las ya citadas con 'I´m your man' (la canción que da nombre al disco y que aconsejo suene con un posible ligue mientras ingerimos pequeños sorbos de licor, es así de seductora), "I can´t forget' y el delicioso broche final de 'Tower of song', todas ellas han alcanzado la categoría de clásicos dentro del repertorio del canadiense. Y eso quiere decir que siete de las ocho canciones de este disco rozan la perfección...
El cantautor y poeta canadiense Leonard Cohen reconoce que le cuesta mucho esfuerzo escribir cada uno de los versos de sus canciones y poemas. Su elepé, I'm your man, es una muestra más de su prolijo estilo y el cuidado que pone en las letras de sus temas. Cuando dice algo, es que lo piensa. Cuando la primera canción del disco empieza a sonar, su voz profunda dice que ha estado sentenciado a 20 años de aburrimiento y ahora viene la revancha. "Me he aburrido mortalmente en los últimos 20 años", confesó entonces sobre su "First you take Manhattan", mi canción favorita del disco y la más versionada de su autor (gloriosas las de Enrique Morente y Lagartija Nick en "Omega", Jennifer Warness y REM). Quizá la unica canción abiertamente bailable de su repertorio (mi mejor concierto, en el Palau Sant Jordi, con una acústica increíble y acompañado con mi mejor amiga y otra persona, gracias a Alan Moore, ya desaparecida de mi vida).
Primero conquistaremos Manhattan comienza con bajo atronador y una
sentencia: "Me sentenciaron a 20 años de aburrimiento por intentar cambiar
el sistema desde dentro. Ahora he vuelto para recompensarles. Primero
conquistaremos Manhattan, después conquistaremos Berlín". ¿Han sido
realmente tan aburridos estos últimos 20 años o es una manera de jugar con
palabra e ideas? "Ambas cosas, pero yo contestaría con un simple sí a la
pregunta de si me he aburrido en los últimos 20 años. El aburrimiento es algo
que he experimentado. Primero conquistaremos Manhattan, después conquistaremos
Berlín sale directamente de la experiencia del hombre, y no quiero traicionar
la canción al decir que es sólo una broma, un juego de palabras. Cada uno de
esos versos fue medido, calibrado. No hay un enemigo identificable. El enemigo
es diabólico, pero no es el presidente de Estados Unidos, y nunca me gustó ver
quemar banderas, a pesar de mi posición política en esa época. Mis ideas no
coinciden en general con las de los años sesenta. Escribí hace años un poema
sobre todos esos blandos mentirosos de la era de Acuario. No compro esas ideas
ni la del pacifismo. Por eso esta canción ocurre en un tiempo indeterminado. He
tenido algunos buenos momentos, pero he experimentado el aburrimiento, un
aburrimiento profundo e inconsolable por largos períodos. No culpo a nadie, es
cosa mía y los gobernantes del mundo no deben ponerse a temblar. No voy a
conquistar Manhattan ni Berlín, porque esos lugares no existen. En las ciudades
de este mundo lo único que hay es mucho tráfico, demasiados atascos de
tráfico". Palabras del autor que hacen aún más atractiva la canción que da
inicio al disco.
A pesar de la loable iniciativa de algunas casas de discos de incluir en la edición española la traducción de las letras de las canciones, hay algunas que aun así permanecen oscuras. Es el caso de alguno de los temas de Leonard Cohen en "I'm your man". Cuando nos encontramos cantando el estribillo de una canción sin saber qué esconde tras las palabras, la clave para comprenderlas sólo puede darla el autor. "La policía del jazz es una de las difíciles", dice Cohen. "La policía del jazz es la gente que quiere evitar que escribas una canción con ese nombre. Son los que siempre aparecen en tu mente, en tu casa, en tu país o tu ciudad, los que quieren limitarte. La policía del jazz es una canción donde quise sentirme fuera del significado. En cada verso empiezo con una proposición muy seria, que comprorneta la mente, el intelecto e incluso las emociones, y en ese momento el verso se desintegra, se cae en pedazos y se convierte en una cosa absurda. Se trata sólo de dejarla ir, como dejas a un niño jugar con un objeto. La canción pretende que el significado se desintegre y se convierta en diversión".
En cuanto a La torre de la canción, la favorita de Cohen en este disco, puede referirse a una cierta torre de marfil del artista que parece oponerse a la imagen de cantante comprometido con la realidad social, como lo es, o ha sido, él. ¿Qué tipo de torre es La torre de la canción? "Ante todo pienso que todo el mundo está en contacto con la realidad. No creo que nadie viva en una torre de marfil. Esta idea de que hay una vida especial del artista siempre me ha desagradado. Siempre me ha parecido que oculta algo turbio, inexacto y ofensivo con respecto a los artistas. Ha invitado a algunas personas que no son buenos artistas a hacer cosas muy imprecisas. Ahora, esta Torre de la canción no es, definitivamente, una torre de marfil. Ésta es una torre a la que sólo puedes entrar si tus zapatos están sucios. Es una torre que tiene más de prisión que de palacio".
En todo caso, una colección de poemas ambiguos musicados susurrados por una voz grave que parece haber vivido todas y cada una de sus palabras.
El disco definitivo, las canciones más perfectas y un carisma que impregna cada palabra. Pon este disco en tu vida y espera que sus coros arrullen tu vida. Definitivamente, es nuestro hombre.
Gran artículo, gracias JuanMiguel. Está visto que voy a tener que reencontrarme con Cohen...
ResponEliminaDicen q en Montreal no se encuentra material d Cohen en las tiendas d 2a mano,ya q la gente no se desprende sus discos, etc
ResponEliminaMuy buen artículo crack!
ResponEliminaPues no lo sabia, Koto, yo tampoco me desprenderia de ellos. Me compraría un tocadiscos
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